Pautas para una dieta infantil saludable

Precaución. Con las rutinas de alimentación saludables se está previniendo las posibles enfermedades en la edad adulta.

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Águeda SolanoEspecial para LD

Una rutina de alimentación saludable desde la infancia previene trastornos o deficiencias nutricionales que pueden afectar significativamente el desarrollo del bebé, e incluso, podría llevar a presentar complicaciones en la edad adulta.

Así lo explica la doctora Rosa Yenerci Flores, experta en nutrición infantojuvenil, agregando que, desde los primeros años de vida deben crearse buenos hábitos alimenticios, ya que es en esta etapa cuando se establecen, y si no se hace adecuadamente, en la vida adulta se hacen más difíciles de cambiar.

Diferentes tipos de alimentación El tiempo recomendado para dar inicio a la alimentación complementaría es los seis meses de nacido, y la comida debe clasificarse por su textura, composición y necesidades nutricionales. En ese sentido, Flores, especialista en nutrición clínica, explica tres de los métodos para ofrecer alimentos a los bebés:

• El método tradicional o de papillas: que es el que estamos acostumbrados a ver desde nuestros abuelos. Se trata de aquella en la que los padres o cuidadores del bebé le ofrecen los diferentes alimentos en puré o papilla. •Método Bliss: es la versión del método baby-led weaning donde se hace hincapié en priorizar alimentos ricos en minerales como el hierro, folatos y zinc importantes para el desarrollo y crecimiento adecuado del niño. •Baby Led Weaning: (BLW) Este es un tipo de alimentación regulada por el bebé, donde se ofrece trocitos, en lugar de purés al iniciar la alimentación complementaria, con este método es el niño quien decide que comer y la cantidad, respetando las señales de hambre y saciedad.

Beneficios del método BLW • Ayuda al desarrollo psicomotriz del niño. Los colores, olores, texturas, sabores y formas de los alimentos estimulan los sentidos del niño. Tocar los alimentos con las manos y luego con los cubiertos, desarrolla su psicomotricidad fina. • Reduce el riesgo de padecer de obesidad infantil. El BLW enseña a los niños a llevar un estilo de vida más saludable. • Favorece a la regulación adecuada del apetito. Este método puede sentar unas bases más saludables en la alimentación, protegiendo el instinto básico que permite al niño saber qué necesitan y qué les conviene comer y evitando así que el bebé haga asociaciones emocionales perniciosas con la alimentación. • Favorece a la autonomía del bebé. Permitir que los bebés se lleven a la boca los alimentos y coman por sí solos les da confianza en sus propias habilidades y valoraciones. • Fomenta la alimentación más variada, favoreciendo una dieta más rica en frutas y verduras.

Antes de los seis meses La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la lactancia materna exclusiva desde el nacimiento hasta los seis meses de vida y a partir de este tiempo iniciar con la alimentación complementaria, introduciendo sólidos y texturas distintas.

Entre los muchos beneficios que otorga este oro líquido, la Organización Panamericana de la Salud (OPS), destaca que: Protege contra la leucemia en la niñez: Amamantar por seis meses o más se asocia con una reducción del 19% en el riesgo de leucemia en niños. Aumenta la inteligencia de los bebés: Los adultos que fueron amamantados cuando niños tienen 3,4 puntos más en los indicadores de desarrollo cognitivo. Ayuda a prevenir el sobrepeso y la diabetes tipo 2 en la niñez: Su consumo prolongado reduce el riesgo de sobrepeso y obesidad en un 13%; también disminuye el riesgo de diabetes tipo 2 en un 35%.

Características de una alimentación balanceada: Flores puntualiza que para que un niño esté bien nutrido, lo que consume debe ser variado, equilibrado e inofensivo. Además, es vital tomar en cuenta ciertos aspectos para que ocurra una buena alimentación:

• Variada. Ofrecer una variedad de alimentos diariamente es la clave para educarle en hábitos alimentarios saludables.

• Nutritiva. Escoger los alimentos que aporten grasas mono y poli insaturadas como omega 3,6 y 9, evitando las grasas trans, bajos en sal, una gran variedad de frutas y vegetales.

• Equilibrada. Los alimentos deben distribuirse a lo largo del día para que el cuerpo obtenga los nutrientes que necesita el niño, según sus exigencias y necesidades.

• Apetecible. Preparar los alimentos de diferentes maneras, combinar los que más les gustan con los que menos prefiere, presentándolos de forma atractiva.

• Divertida. Permitir al niño a que participe en la compra de los alimentos, la elaboración de sus comidas, etc.

• Ordenada. El momento de comer en familia debe ser en un ambiente relajado y tranquilo, establecido por horarios.

• Educativa. Es esencial que la educación de hábitos alimentarios saludables se lleve a cabo tanto en casa como en la escuela.