Ser abuelo: un rol que siempre perdura
Bonifacio de Jesús, un abuelo de 87 años narra con orgullo la manera en que desde el seno de su hogar vio crecer a sus nietos, siendo él un pilar fundamental en el proceso de crecimiento y desarrollo de tres de ellos.
Dice que eran tiempos adversos, sin embargo, la vida le regaló la oportunidad de hacer con sus nietos lo que no le fue posible con sus hijos, darles una mejor calidad de vida, buenas costumbres y otorgarles los principios y valores que hasta este momento conservan.
En ese sentido, y haciendo referencia al proceso de crianza por los abuelos, Bianca Melo, terapeuta familiar e individual, expresa que para algunos abuelos criar a sus nietos puede significar una fuente de propósito y sentido, pero para otros pudiera significar un retroceso en su ciclo de vida. Algunos que han tenido que fungir el rol de padres de sus nietos por diversas circunstancias pueden temer por lo que puede ocurrir con sus nietos si ellos le faltaran.
Sobre la influencia que ejercen los abuelos en el proceso de la crianza de sus nietos, Melo, explica que tomando en cuenta su papel, lo ideal es que estos puedan sintonizar con el modelo de crianza de los padres (en caso de estar presentes), y que todas las personas que están involucradas en la dinámica puedan danzar en una misma sintonía en la formación de los pequeños.
Doble experiencia y amor
Los abuelos pueden ejercer distintas funciones en la vida de sus nietos: educar, proteger, contener, cuidar, jugar, transmitir valores y complacer; pueden utilizar métodos asertivos de corrección si fuese necesario e intervenir en momentos de crisis. Algunos pueden desempeñar estas tareas con gran alegría y entusiasmo, pero para otros puede ser una fuente de estrés y agotamiento.
La experta agrega que mejor forma de desempeñar el rol de abuelos es contando con unos padres que sepan ser padres. La dinámica es contar con los abuelos en momentos puntuales para los cuidados sin que esto represente una responsabilidad directa y absoluta que recaiga sobre ellos.
La especialista sostiene: “en el cuidado de los abuelos podemos encontrar más mimos, complacencia y flexibilidad. Los niños que son criados por sus padres tienen en sus abuelos una red de apoyo más extendida, pueden contar con más cuidadores que se ocupen de su desarrollo y evolución”.
Felicidad incompleta
Los niños que son criados por sus abuelos, a pesar de que pueda ser un espacio de amor y contención, cuando no cuentan con sus padres pueden crecer con la sensación de que algo les falta y crear resentimiento hacia estos. Aunque sin dudas, el mejor lugar en el que puede estar un niño o niña que ha perdido a sus cuidadores principales es en los brazos de sus abuelos.