Los efectos de la doble crianza en los niños
La doble crianza es una práctica que se da cuando los padres a cargo de los niños los cuidan en la noche, los fines de semanas o cada cierto tiempo en el año; mientras otras personas, ya sean familiares cercanos o no, están a cargo de ellos la mayor parte del tiempo para que los papás puedan trabajar, estudiar e irse a otro país en busca de un mejor futuro. Como es el caso de Ana Luisa quien se pasa los días junto a sus abuelos, y en las noches sus padres la recogen; o de Luis, a quien por el horario particular del trabajo de sus padres solo está con ellos los fines de semana, mientras que Aime se pasa ocho horas en una guardería hasta ver a su mamá en horas de la tarde. Según los expertos en orientación para la crianza, esta práctica podría traer consigo complicaciones, pero estas se pueden evitar si las partes involucradas mantienen la comunicación necesaria para definir el estilo de formación que desean establecer como modelo a seguir; e incluso tener la apertura para una conversación de mejora, plasmar nuevas estrategias en conjunto y seguir encaminando a los niños con mira a la búsqueda de soluciones integrales para su bienestar.
Ventajas y desventajas Johanny Quiroz, psicóloga clínica y CEO de Familia Inclusiva RD, explica que una de las desventajas de esto es que no hay un solo estilo de crianza, por lo que el infante podría confundirse si no se maneja de la forma correcta; al mismo tiempo indica que tiene la ventaja de que los papás no se sienten solos porque cuentan con apoyo de la familia o de terceros para poder llevar a cabo todo lo que implica el proceso. La coach de familias y directora de Multimedios Madres Reales RD, Eileen Glass Ángeles, agrega que este tipo de crianza podría permitir que los niños reciban diferentes indicaciones muy marcadas, lo que puede ocasionar detonantes importantes en su conducta. “Lo ideal es que antes de que se dé la situación, los padres establezcan qué modelo de crianza quieren, pues al existir una brecha generacional importante entre una madre de este siglo y otra del siglo pasado (una abuela que cuida), esto provoca en muchos casos, que los estilos difieran en formas, actitudes, respuestas ante los confllictos cotidianos y las interacciones entre el cuidador y el niño”, indica Glass Ángeles.
La realidad de este siglo Así como se mencionó en los ejemplos anteriores, cada hogar dominicano tiene una particularidad distinta. Ambas especialistas coinciden en que la práctica de la doble crianza no se lleva a cabo porque sea recomendable o no, sino en el hecho de que ningún papá o mamá puede hacerse cargo las 24 horas al día de sus hijos, y en muchos casos hay madres que no tienen otra opción que dejar a sus niños a cargo de terceros, mientras salen a buscar el sustento durante la semana o los fines de semana. Quiroz considera que estos progenitores deben de tener presente educar a sus hijos en sexualidad para prevenir abuso, además resalta que se debe pasar tiempo de calidad con ellos siempre que sea posible para crear recuerdos los cuales puedan atesorar con el pasar de los años.
“No es lo mismo unos padres que estén en la casa todo el día, pero que no presten atención a sus hijos, a sus necesidades, a su crianza, a su alimentación y cobijo. Que no ponen límites y les permiten hacer lo que ellos quieran porque entienden que así los hijos le van a querer más. Versus, unos padres que trabajan fuera, pero que constantemente están pendientes de sus pequeñines, de su alimentación, de su cuidado, que los llaman para saludarlos, hablarles, que se preocupan por su día y le dedican tiempo de calidad aún desde la distancia, y que cuando llegan a sus hogares, se vuelcan a estar con ellos, leer cuentos, jugar, hacer tarea, abrazarlos y dormirlos con amor. Los mismos padres que saben cuándo decir sí y no, que colocan límites de acuerdo a cada edad y responsabilidades justas”, precisó.