BITÁCORA
Un viaje a los confines de la Tierra
Patagonia, Tierra de Fuego y Cabo de Hornos
Uno de los cruceros más exclusivos del mundo no surca el Caribe ni las islas griegas, sino que emula la expedición del naturalista Charles Darwin por la Patagonia, Tierra de Fuego y Cabo de Hornos, donde antiguamente se aventuraban los marineros más osados. Ahora, los turistas contemplan glaciares espectaculares y una fauna con la que Darwin comenzó a elucubrar su famosa teoría de la evolución de la especie. Estamos en el año de Charles Darwin, autor de una de las teorías más importantes de la historia, la de la evolución de las especies. Y todo comenzó en las inhóspitas tierras de la Patagonia, que comparten Argentina y Chile en los confines de la Tierra, cercanos al Polo Sur. Darwin visitó la Patagonia, entre 1832 y 1835, con 23 años, en varias etapas dentro de su vuelta al mundo de cinco años. Allí, en una tierra dominada por los fríos extremos y el viento, tras visitar sus lagos, montañas y glaciares, y observar su fascinante fauna y vegetación, el naturalista británico comenzó a forjar su célebre obra, “El origen de las especies”, de cuya publicación se cumplen 150 años, y que supuso una ruptura total con las creencias imperantes hasta entonces sobre el origen del hombre, dominadas por la religión. Todas esas experiencias se ponen ahora a tiro del turista en un crucero exclusivo que llega hasta Cabo de Hornos, el punto más austral del continente americano, como remarca Frederic Guillemard, gerente para Europa de la empresa Cruceros Australis, la única en el mundo que navega hasta Cabo de Hornos, donde se encuentran el océano Pacífico y el Atlántico. Uno siente que ha llegado realmente al fin del mundo, explica Guillemard, y añade que son los únicos con permiso para desembarcar en los puntos que toca este crucero de expedición, que sigue los pasos de Darwin por el canal de Beagle, visitando zonas que se mantienen casi vírgenes hoy en día. CABO DE HORNOS, EL FIN DEL MUNDOEntre septiembre y abril, el viajero puede optar entre partir desde la mítica Usuaia (Argentina), la ciudad más al sur del mundo, o Punta Arenas (Chile), en travesía de tres o cuatro noches, con un precio de entre 1,300 y 1,500 euros (entre 1,640 y 1,870 dólares) en el que se incluyen todos los gastos de alimentación, así como presentaciones audiovisuales sobre la flora, la fauna, la geografía y la historia del lugar (los idiomas oficiales a bordo del barco son español e inglés). Forman parte de la ruta lugares de ensueño como el Glaciar Marinelli, en al Bahía Ainsworth, donde puede contemplarse un bosque cuajado de especies autóctonas como lengas, coihues, canelos y helechos, además de una fauna compuesta de elefantes marinos, pingüinos y cormoranes. Fin del mundoUno siente que ha llegado realmente al fin del mundo, explica Frederic Guillemard, que fue guía en la zona y hoy es gerente de Cruceros Australis, los únicos con permiso para desembarcar en zonas que se mantienen casi vírgenes hoy en día. Cabo de HornosEl Cabo de Hornos es un promontorio casi vertical de 425 metros de altura, el mítico fin del mundo, declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO en 2005. Bahía WulaiaSi Bahía Wulaia era el lugar de asentamiento de los pueblos originarios más grandes de la región, Isla Magdalena es el paraíso de los pingüinos magallánicos, con más de 120,000 ejemplares, que el viajero puede observar en un paseo hasta el faro, que guía a las embarcaciones en su paso por el Estrecho de Magallanes.