CREATIVO
Martin Josst
“los problemas siempre nos acompañaron, pero, en cuanto surgían, se presentaba la solución”
Martin Josst es, desde 2004, uno de los socios de la prestigiosa firma de arquitectos alemanes, Delugan Meissl, encargados nada más y nada menos que del diseño y levantamiento del nuevo Museo Porsche en la ciudad de Sttugart, Alemania. Esta experiencia se convirtió desde el mismo momento en que ganaron la licitación, en un permanente desafío, tanto por la complejidad de lo propuesto como por las condiciones climatológicas cada vez más acentuadas. “Los problemas siempre nos acompañaron, pero, en cuanto surgían, se presentaba la solución”, dice, argumentando que esta construcción es un prototipo, ya que no existen edificaciones similares y no hay referencias de donde partir. En nuestra conversación con Josst no podía disimular el orgullo y la satisfacción que siente al ver terminada esta impresionante edificación, levantada en una superficie superior a los 5,600 metros cuadrados, esto complementado, obviamente, en las bien organizadas y distribuidas áreas de exhibición. Nativo de Hamburgo, al norte de Alemania, Martin, siempre forjó el sueño de descollar en lo que le apasionaba. Y de qué forma lo ha hecho. Desde 2005 todos sus esfuerzos se centraron en la culminación del nuevo museo, con responsabilidad de gerente del proyecto. Martin entiende que el concepto presentado fue la clave para alzarse con la obra entre 170 compañías concursantes de toda Europa. En segundo lugar manifiesta que la Porsche pudo leer en sus diseños su esencia, sus características y cualidades, hasta el punto en que el jefe general de la empresa cuando tuvo el diseño en sus manos simplemente dijo “es este” -“tenía un brillo peculiar en los ojos”- confiesa Josst. “Tratamos de traducir lo que es Porsche al idioma arquitectónico, un contraste entre velocidad y tranquilidad, percibidos en todos los ambientes, desde el lobby, las escaleras estrechas y largas quieren hablar de velocidad, mas lo sobrio de sus paredes donde el blanco predomina nos dice sobre la tranquilidad” afirma Josst quien cuenta con una sólida formación profesional tanto en Europa como en Estados Unidos. Josst argumenta que esta obra hay que mirarla de diferentes perspectivas para admirar la innovación, tradición e historia de cada espacio, concebido en dos partes: la base, sobre la tierra de zuffenhausen y por encima, como flotante, el cuerpo de la exposición. Aunque tuvo que echar a un lado ambiciosos proyectos hasta la culminación del museo, Martin no se detiene en esta obra que, a pesar de su juventud, pareciera que ha llegado a la cima. En su escritorio tiene pendiente una serie de propuestas que van desde una universidad en Viena, un museo en Amsterdam y, lo más reciente, es la posibilidad del ambicioso proyecto en Aman, Jordania.