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Las dos caras del teletrabajo

El trabajo a distancia no es una tendencia nueva, pero ante la pandemia del Covid-19, es una modalidad mundial en la que ya los empresarios empiezan a creer, y República Dominicana no es la excepción

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Jhenery RamírezSanto Domingo, RD

Faltaban varios años para que el país empezara a asimilar el trabajo a distancia como una forma de que los colaboradores realizaran sus tareas sin tener que estar presencial en la institución.

Sin embargo, la llegada del virus causó que lo que estaba a “años luz” funcionara en menos de una semana porque de un día para otro los bancos, los periódicos, las tiendas, los centros de llamada y algunas industrias tuvieron que ajustarse al teletrabajo como su única opción.

Los que no perdieron su empleo, aprendieron a trabajar desde casa, pero aunque para muchos esto era una bendición, para otros representaba un “calvario”. Unos están a favor y otros en contra porque mientras los primeros valoran que tienen tiempo de dormir más, no vestirse formal y evitar el tráfico de la ciudad, los segundos tienen que hacer las tareas de la casa y de la empresa a la vez.

Lo positivo

César Pérez es un joven de 30 años que antes de la pandemia trabajaba como ingeniero de software en un reconocido call center del país. Esa empresa fue una de las primeras en disponer del teletrabajo como una medida de confinamiento, incluso una semana antes de que la Presidencia de la República emitiera ciertas medidas por la pandemia.

Bajo la responsabilidad de César y sus compañeros estuvo la creación de una plataforma en la que todos los colaboradores, tanto del área administrativa como del centro de llamada, podían trabajar desde casa.

Desde inicios de marzo de 2020 hasta la fecha, muchos de ellos se mantienen teletrabajando y, como la empresa comprobó que existen diversos beneficios y ahorros en esta modalidad, algunos se quedarán permanentemente desde casa, solo yendo a la oficina cuando sea estrictamente necesario.

En agosto de 2020, tras varias conversaciones con otra empresa, César cambió de trabajo, pero su condición ya iba más allá de lo salarial: él quería seguir trabajando desde la casa incluso después de que relajaran las medidas, teniendo como fundamento principal que su superior se encuentra en otro país.

La compañía que lo contrató aceptó lo que antes de marzo de 2020 iba a rechazar sin que sus ejecutivos lo pensaran dos veces.

Mejoró su productividad

Para César trabajar desde la casa es “lo más chulo” del mundo y mejora la calidad de vida, ya que siente que es un beneficio para su salud porque no tiene que comer en la calle, sino que lo que almuerza es preparado en su residencia y porque no tiene que salir a las calles a coger estrés en la mañana. Como él se ahorra una hora de tapones, puede despertarse más tarde y hasta vestir más relajado.

Él preparó en su casa una habitación tipo oficina y eso lo tiene feliz. “Lo que pasa es que tú puedes estructurar tu espacio de trabajo como entiendas. Tú eliges el escritorio, la silla y el monitor que quieras, ya que muchas veces llegas a un trabajo y te dicen que ´esa es la herramienta que hay´. Tú hasta puedes controlar los colores de la pared, la cortina que pones, todo”, explica César.

A favor de las empresas, el teletrabajo disminuye los gastos corporativos en energía eléctrica, teléfono e internet, ya que estos servicios deben ser costeados por el colaborador y aunque puede parecer insignificante tener solo una o dos personas trabajando desde casa, cuando son más de 15 trabajadores, la cosa cambia.

El lado opuesto

Para Teresa Rodríguez trabajar desde su casa no fue tan grato. Ella estaba “loca” por regresar a la oficina porque perdía mucho tiempo limpiando en la casa, cocinando, organizando y se desconcentraba muy fácil. Ella sentía que al final del día terminaba muy agotada.

Teresa ve una desventaja al trabajo y es que “la gente empieza a trabajar muy temprano y sale más tarde de la cuenta porque se queda corrido en la computadora”. Cuando al mes y medio de estar laborando desde casa y se le pidió regresar al trabajo, ella se puso muy feliz.

“Es que cuando salgo del trabajo, salí, pero yo comía hasta sentada frente al computador. No almorzaba a tiempo, se me pasaba la hora del desayuno, todos los días terminaba tarde de la noche porque no lograba desconectarme ni podía hacer una transición de que ya estaba fuera de la compañía mentalmente”, lamenta.

Ella agrega que también para las personas que tienen más de dos hijos, es difícil porque los niños requieren especial atención cuando tienen a la madre en casa, pero este comentario es un arma de doble filo porque otras aplaudían el teletrabajo porque no tenían quien cuidara a sus niños.

Herramientas para teletrabajar

Más allá de una computadora y un teléfono, hay plataformas para la web o celulares que facilitan las labores empresariales desde la casa. Algunas organizaciones poseen sus propios sistemas, mientras que otros son utilizados personal o grupalmente para organizar las tareas y que se encuentran en línea de forma gratuita.

Algunas herramientas son usadas a diarias y su único fin es facilitar la comunicación de manera sencilla, por ejemplo, el correo institucional o personal y el WhatsApp. Otros equipos utilizan plataformas como Trello para organizar las tareas, colocar ideas, imágenes, documentos o enlaces.

También, algunos utilizan Google Drive y Google Docs para compartir carpetas y documentos, así como Skype, Zoom, Microsoft Teams y otros para videoconferencias. Slack es un chat grupal que puede dividirse por categorías, ya sea, por departamento, proyecto, grupo de trabajo, entre otros.

Transformación empresarial

Pese a que el trabajo ha cobrado más auge gracias a la pandemia, todavía faltan puntos por regular como la salud, la seguridad, la privacidad, la confidencialidad, el cuidado del medio ambiente y las condiciones laborales. Justo esto es lo que persigue la Organización Internacional del Trabajo (OIT), porque más que la creación de una cultura empresarial, los líderes organizacionales deben generar nuevas oportunidades de trabajo decente bajo formas innovadoras.

La OIT destaca que las personas empleadas en la modalidad del teletrabajo tienen los mismos derechos colectivos que quienes trabajan en los establecimientos de la persona empleadora. Pide normas de salud y seguridad a favor del trabajo en casa, así como los riesgos y el cuidado que implica.

Mujeres y sus multitareas

Así como Teresa, hay otras mujeres que sienten que atender las tareas del hogar, a sus hijos, sus asuntos personales y el trabajo, es una situación difícil.

Una investigación denominada “Mujeres y teletrabajo: más allá de la conciliación de la vida laboral y personal”, aborda esta problemática que ha adquirido en las sociedades del siglo 21.

Los principales resultados del estudio muestran que el teletrabajo para las mujeres es una modalidad laboral que va mucho más allá de la conciliación de la vida laboral y familiar, ya que genera largas jornadas de trabajo que excluyen la posibilidad de una vida al margen de lo laboral.

Además, consideran que se utilizan las posibilidades de flexibilidad que les proporciona el teletrabajo para reivindicar su papel como profesionales y como madres, sin por esa razón renunciar a ninguno de ellos.

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