Una nación distinta después del Covid

Si bien es cierto que el coronavirus generó una crisis mundial, no solo en el aspecto económico sino también en el ámbito de la salud física y emocional, cierto es también que devolvió a los dominicanos sentimientos y valores que se creían perdidos.

Para la psicóloga clínica y terapeuta familiar, Johanny Martes Perdomo, la pandemia fue un despertar para la sociedad dominicana. “En este tiempo de crisis, de tanta angustia social, que a su vez nos ha permitido nuevas oportunidades, no solo como familias sino también como sociedad, nos ha despertado la conciencia de cuidarnos y cuidar a los demás”.

El Covid, un virus totalmente desconocido, sirvió para recordar a la nación, que aún persisten sentimientos positivos, y esto se evidenció desde principios del año 2020 hasta la actualidad, cuando todavía se ha de convivir con la angustia de ser contagiado de esta terrible enfermedad, sin embargo, también se convive con el amor, la empatía, la paz y seguridad, todo ello, frutos positivos que generó la pandemia.

Todo sigue en medio del caos

La profesional de la conducta humana expresa que otro de los aspectos positivos que dejó el coronavirus fue el respiro que tuvo el medioambiente durante todos estos meses, donde las reducciones en las emisiones de gases de efecto invernadero, derivadas de la disminución de la producción industrial en algunos países, la reducción en el uso de medios indiferencia y el amor, la individualidad y la empatía, la ansiedad y la paz; sin embargo, el momento fue oportuno para que ganara lo bueno, lo positivo, “y no nos quedó más que enfocarnos y esforzarnos para que venciera el amor y aquí estamos, como país ya no somos los mismos”.

Perdomo sostiene que aunque el Covid 19 estableció un antes y un después en la vida de los dominicanos, también lo hizo más fuerte, creativo, con nuevas ideas de negocio y formas muy innovadoras de subsistir, también se comprobó que la distancia física no implica una distancia emocional, fue notorio como las parejas se continuaron casando y el amor nunca se detuvo, la tecnología fue un punto clave durante estos meses de quedarse en casa, de trabajo remoto y educación virtual, pero también las muestras de cariño y solidaridad.

La psicóloga dice que los ciudadanos aprendieron a amar los espacios que casi no visitaban, nuevamente volvieron a cuidar su salud, a valorar a los médicos, a descansar más; los padres se convirtieron en los mayores responsables del pan de la enseñanza, y han comprendido cuán importante y valioso es el trabajo de los maestros.

“De una manera implícita, la pandemia nos hace la invitación a practicar el cambio, a valorar lo que es realmente importante”, concluye.

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Un aspecto positivo que mostró el Covid-19 fue reconocer la importancia y la necesidad de los profesionales de la salud mental en la vida del ser humano, desmontando el prejuicio o la idea de que son solo para pacientes con trastornos mentales.