ÁNIMO EN DOS MINUTOS
La flor y la corona
Según el evangelio de San Lucas 2, 41-52
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Entré a la funeraria y vi a una mujer joven llorando desconsoladamente. A su lado había un varón que también lucía tristísimo. Otros dos hermanos estaban de pie al lado del ataúd y noté que uno de ellos estaba arreglando la posición del nudo de la corbata que le habían puesto a su papá. A su lado una corona que decía: “A nuestro querido papá”.
He visto como algunos hijos, al pasar la adolescencia, menosprecian y hasta desprecian a sus padres. ¡Qué lástima! Maduran en muchas cosas, pero no en lo importante: el amor incondicional, el amor adulto. Quien se desvincula de sus raíces, termina perdiendo su propia identidad. Se hace daño a sí mismo, quien produce dolor a sus padres, no sólo porque tarde o temprano sufre por ello, sino porque se pierde de muchas bendiciones. Veamos la lectura del evangelio: • “El que respeta a su madre acumula tesoros, el que honra a su padre se alegrará de sus hijos, y cuando rece, será escuchado”.
• “El que respete a su padre tendrá larga vida, al que honra a su madre, el Señor lo escucha”.
• “Hijo mío, empéñate a honrar a tu padre, no lo abandones mientras viva. Aunque flaquee su mente, sé comprensivo con él, y cuando tengas problemas, Dios se acordará de ti”. (Eclesiástico 3, 3-6. 12-13 y 15)
Fíjese en las promesas que hay aquí para usted.
Hoy es Domingo de la Sagrada Familia. Tenemos familiares cercanos: cónyuge, padres, hijos, hermanos...
Pues esta semana Dios nos invita a dar afecto a los que están con nosotros. A manifestarles AHORA lo mucho que significan para nosotros: Recuerde que: “Más vale una flor a un amigo vivo, que una corona a un amigo muerto”.
LA PREGUNTA DE HOY
¿Cuál es la clave de las buenas relaciones familiares?
Cada miembro de la familia tiene una diferente.
-Para el marido: su clave es el amor. La mujer necesita, ante todo, ser amada, y Dios ha responsabilizado al marido de eso. “Que cada uno ame a su esposa”. (Efesios 5, 28-33)
-La clave de la esposa es el respeto. La mayor necesidad de un hombre es que su mujer lo respete. Y Dios ha responsabilizado a la mujer de llenar esta necesidad: La mujer debe respetar a su marido” (Efesios 5.33)
-Entre hermanos la clave es el perdón. Porque si falla esta disposición, surgen rivalidades y enemistades, produciendo de este modo un dolorosísimo ambiente de tensión y de tristeza. “Vístanse de tolerancia… y PERDÓNENSE cuando uno tenga queja contra otro; el Señor los ha perdonado, hagan ustedes lo mismo”. (Colosenses 3, 12-13)
-Y la clave de los hijos es respetar… honrar… y ser comprensivos con sus padres.