“Este pueblo me honra con los labios…”

Jesús ante el “chismorreo” de los escribas y fariseos, les dice: “Bien profetizó Isaías de ustedes, hipócritas, como está escrito: Este pueblo me honra con los labios y su corazón está lejos de Mí.”

“Las lecturas de hoy nos invitan a hacer siempre lo que agrada a Dios, el cumplimiento de sus mandatos y decretos. La gran esperanza de Dios es que lo hagamos con un corazón sincero, que el deseo brote de nuestro interior como el deseo de un novio por conquistar a la novia, esperando agradarle y experimentar el gozo de haber hecho lo que está bien a los ojos de Dios. Los mandatos y decretos de Dios serán para nosotros un gran manjar si tenemos ese corazón puro que pide el salmista. Pero, por el contrario, si no lo tenemos, el hecho mismo de cumplir sus decretos y mandatos irá purificando nuestro corazón y convirtiendo en delicias las obras de nuestras manos.”

“Sin lugar a duda el primer paso que tenemos que dar es tomar la decisión de agradar a Dios, convertirlo en un propósito de vida. En ese día comenzará la transformación de nuestro corazón (o comenzó si ya lo hemos hecho).

En la medida que vamos ejerciendo los mandatos de Dios iremos encontrando el dulce sabor de hacer lo que está bien, descubriremos poco a poco que es cierto “que hay más alegría en dar que en recibir”.

Tomar esta decisión necesariamente implica un rompimiento con nuestra vida de pecado, llámese como se llame. Cada uno conoce sus pecados, están ante sus ojos. Lo que tenemos que hacer es pedirle al Señor fuerzas para abandonar esa vida y comenzar una vida nueva.” (Tomado de Rayo de Luz)

Ser luz en medio de tantas tinieblas es una verdadera necesidad y un verdadero reto para los que queremos ser llamados y llamarnos “cristianos”.” (Idem)

Señor, ayúdame a vivir con claro y justo proceder. ¡Amén!