SENDEROS
Causalidades que equilibran nuestras acciones
El karma es un programa con predominio al determinismo. No existe casualidad, y sí causalidad, para la buena o mala suerte. Este proceso como tal, se asienta con el permiso o anuencia de la ley de causa y efecto (acción y reacción), siembra y cosecha. Se infiere, sin embargo, que esto no es un juego de palabras o adivinanzas, o si tú me caes bien para gratificarte con una vida en ventura y gloria, o me caes mal para castigarte con una vida austera en dolor o sufrimientos. Es una ley que arbitra el comportamiento universal de vidas en justicia justa y sin discriminación las acciones como conductas, y los pensamientos de donde se derivan los sentimientos.
Karma es un patrón o programa coherente de evolución, perfección y armonía. Nadie ni nada escapa a ello, es un proceso que encamina a rectificar lo que en ignorancia a ella se edifica en causa; por tanto, el conocimiento de la ley y su debida observación con disciplina, valores, amor y servicios, son herramientas que auxilian en el desarrollo optimo del llamado destino, que no es más que el derivado de causas previas originadas en el devenir del tiempo y desarrollo de la conciencia en cada ser y del colectivo social que asiste a ello.