Valorando la verdadera esencia de las personas

Debo admitir que no soy una persona que quepa dentro de los estándares de la belleza, no soy alto ni for­nido, no tengo cuerpo atlé­tico, ni siquiera soy lo que la sociedad etiqueta como “atractivo”, el físico puede que sea importante dentro de una sociedad hedonista, pero entremos en el mun­do de la esencia y no de la forma: ¿cuántas personas que entran en ese perfil son mentalmente enfermos, con esquizofrenias, con pa­ranoias, violentas y hasta peligrosas?

La apariencia puede ser un elemento va­lorativo para muchos que lo toman como algo tan de­finitorio, y así atraemos a esas “bellas” personas que resultan ser problemáticas. Si eliges una pareja bajo esos criterios caes en el en­gaño de la forma.

¿Cuál es la esencia de las personas? Sobre todo sus sentimientos, su humani­dad, su compromiso en una relación, somos lo que no se observa dentro de un cuer­po musculoso ni hermoso, un alma no puede ser me­ dida por la grandeza de sus pertenencias ni su cheque­ra, todo esto puede termi­nar sin previo aviso, pero los sentimientos serán los ­mismo; si yo soy pequeño y panzón expreso mi forma nunca mi esencia, tú eres al­go más que un cuerpo. ¡Eres un alma!