Plantando los árboles de la vida
Recuerdo que mi abuela siempre me decía que “uno cosecha lo que siembra”, pero a veces no es tu siembra, sino el tipo de árbol que se planta: algunos árboles son buenos otros son de menos calidad, pero esos son aspectos que no puedes controlar.
A veces queremos que se reconozca nuestra gestión al momento de plantar el árbol, pero no se pueden controlar la mismidad de las cosas; lo que está destinado a ser, eso será.
Cada árbol es único y no puedes pensar que cada siembra será noble contigo. Tú puedes darle toda tu atención, pero la calidad depende de su genética; no todos reaccionan igual a sus condiciones exteriores, a tus cuidos, a tu esmero.
El éxito de la gestión muchas veces depende del árbol, no de ti, así que si a pesar de haber sido un excelente sembrador el árbol te sale contrario a lo que esperaste, puedes sentirte tranquilo porque hiciste tu mejor esfuerzo.
Los hijos, los amigos, todos a quienes ayudamos, aunque hayamos sido buenos cuidadores los resultados de esos “árboles espirituales” tuales” dependen de ellos mismos, nosotros solo plantamos el amor y la enseñanza. Planta y da lo mejor de ti siempre.