¿QUIÉN EDUCA AL PUEBLO?
Disciplina y dedicación cristiana
En estos días de cuarentena, me he puesto a reflexionar en las actitudes de nuestro pueblo dominicano. Alguien comento que “Fue más fácil para Noé, meter los animales en el Arca cuando el Diluvio, que a los dominicanos en su casa, durante el Coronavirus”. El dominicano es un ser de la calle. Le es difícil mantenerse en la casa, y eso lo he visto yo en mi propia familia.
Y es verdad. No tenemos ninguna pizca de disciplina. Eso se aprende en la casa y la deben de tener, primero los padres, para que los hijos los copien y aprendan. El ejemplo es el que arrastra. Por más que hablemos, no sirve de nada, son simples “palabras que se lleva el viento”. Educar es lo más difícil que hay. Enseñar es muy fácil, pues, debemos aprender a leer y copiar lo que leemos en un cuaderno. Nuestro sistema educativo debería ser más creativo. Lo más importante es ver lo que nos rodea, reflexionar en lo que vemos y ver qué podemos hacer para mejorar el entorno. Debemos mirar siempre para delante, nunca ver hacía atrás. Lo pasado, ya pasó, y lo futuro no sabemos los que nos va a traer. Luego debemos vivir bien el presente, viendo bien en no cometer los errores pasados. Y eso es lo difícil.
Debemos comprometernos con nuestra sociedad que nos rodea. Ser co-partícipe de la creación ayudando a evangelizar el entorno. Pero, para esto debemos ser disciplinarios, en nuestros conocimientos de la fe que hemos aprendido en nuestros hogares.