Esta tormenta también pasará

El tiempo nos deman­da solidaridad y reinven­tarnos. Cambiar hábitos, enfrentar circunstan­cias y hacer reajustes no es tan agradable o fácil, más aún si son impues­tos. Abordar las circuns­tancias con sabiduría im­plica mantener la calma y ser prudentes.

Tomar decisiones desde nuestro adulto, (lo que convie­ne), no desde tu “Yo ni­ño” (lo que te gusta ha­cer). No tenemos que esperar que personas au­torizadas nos impongan quedarnos en casa si sa­bemos que lo más conve­niente es hacerlo. Cuan­do veas la barba de tu vecino arder pon la tu­ya en remojo. Pidamos la bendición si podemos ha­cerlo diferente.

Te invito a ponderar siem­pre cualquier decisión que vayas a tomar proyectán­dola hasta la última con­secuencia, y desde ahí, asumir tu postura. Enfo­quémonos en las soluciones, “para qué” nos pasa esto y no sólo en los por­qués. Comprende que la soledad también puede ser maravillosa. No te so­bre documentos de infor­mación, lo necesario para saber qué hacer. Necesitas más que nunca mantener la ecuanimidad y el entu­siasmo. Optimiza el tiem­po, tu energía con una ac­titud entusiasta y positiva a pesar de los pesares, rea­liza una profilaxis emocio­nal y física. La meditación, relajación, ejercicios físi­cos y reír fortalecen tu sis­tema inmunológico. ¡Sa­lud!