Dos Minutos
¿Cuáles son sus talentos?
Esta es una historia real. La llaman la historia del mendigo tonto. Lo encontraron muerto una mañana en el mismo sitio en el que durante años había estado pidiendo limosna. Murió de hambre, de frío, de miseria.
Cuando revisaron sus pertenencias, encontraron, entre otras cosas, nada más y nada menos que mil dólares.
Parece que algún turista quiso un día realizar un acto especial de generosidad, pero él no lo aprovechó.
Pudiendo haberse pagado la mejor comida y algún alojamiento, murió como un pobre infeliz.
En el evangelio de Mateo aparece un personaje similar al mendigo tonto. Dice el evangelio que le dieron un talento para que lo administrara, y él no lo usó.
El diccionario de la Real Academia Española define “talento” así: “Conjunto de dones naturales o sobrenaturales con que Dios enriquece los hombres”.
El tonto miedoso de la parábola del evangelio no usó su talento. Lo enterró. No se quiso arriesgar.
Prefirió ocultarlo, para sentirse “seguro”. Pero no le fue tan bien. Se atrofió, se degeneró, se convirtió en un hombre mediocre. Y encima de todo, perdió su talento.
En cambio, en el mismo evangelio aparecen otros dos. Ellos recibieron cinco y dos talentos, respectivamente. Los recibieron con humildad, y los usaron con confianza.
Y a fuerza de usarlos los desarrollaron. Dice el evangelio que los duplicaron.
Y por hacerlo, fueron felicitados y premiados por el Señor que les había dado sus talentos.
La virtud básica de todas es la humildad, y humildad es reconocer los talentos que uno ha recibido.
El Señor no espera que nadie haga lo que no puede hacer. Solo espera que cada uno use los talentos que tiene para bien suyo y de los otros. Que quien haya recibido un martillo y un clavo busque un sitio donde haga falta y martille con amor. Con esto será “fiel en lo poco”, y le dirán: “Muy bien, empleado fiel y cumplidor. Ya has sido fiel en lo poco, te voy a confiar mucho más”.
Este es el tiempo de agradecer por los talentos que hemos recibido, y de usarlos con amor y esperanza para bien propio y de los demás.