Intermedio de la pieza fi nal

Grandes compositores, con conocimiento de las perturbaciones internas y externas que vive el hombre, basaron sus óperas con el mayor tormento, para expresar el laberinto del dolor en sus composiciones.

También dramaturgos y literatos han sustentado los opúsculos, como muestra de la lucha con que se desespera el hombre para sobrevivir en un mundo plagado de diferencias. Y los sabios comprueban, cómo la ignorancia oculta con su velo la verdad. Impidiendo, como consecuencia de esto, que el hombre se desarrolle con libertad, sin los atávicos prejuicios que encadenan su voluntad para alcanzar su realización como ser.

Con esta sugestiva entrada, se pretende identificar el periodo que está viviendo el hombre. El intermezzo o intermedio del drama a desarrollar en el proceso del cambio estructural de conciencia y de sistema a llevarse a cabo con una nueva era de paz y de amor. Dolor, catástrofes, crisis, han sido preludios de la obra. Y por ello el Maestro Jesús, asegura: “Todo esto es inicio de dolores de la labor del parto antes del final de los tiempos”.

De igual modo, el hombre tiene un protocolo para su existencia, y por su ignorancia ha adulterado y desnaturalizado su esencia divina con el materialismo imperante en la era de Kali Yuga. Con este estado de conciencia se dirige a concluir la obra. No conforme con esto, permanece en la ignorancia, la cual también es responsable del sentimiento negativo de odio, ira y egoísmo. Por otro lado, el hombre se desenvuelve con la anuencia de su libre albedrío. Y por efecto de esto, se hace el único responsable de los resultados -buenos o malos- en su ejecutoria. Por tanto, con ese instrumento -libre albedrío- otorgado por Dios para accionarse, deberá el hombre transformar los modelos de sus conductas erradas, auxiliándose con métodos y técnicas disciplinarias que le permitan exhibir una nueva criatura con el sello de Cristo, que es fundamento de los valores humanos y espirituales, para que lo hagan un ser ostensible de bondad y elegible para habitar en el nuevo sistema en donde solo la conciencia ya depurada podrá residir.

Como responsabilidad también deberá incrementar su campo de luz con sentimientos y pensamientos positivos, para poder distinguirse de la densa capa de niebla y obscuridad, como consecuencia de la pesadez de las conciencias con letargos. Pasibles estas de reprobación en la final cosecha o selección de justos y réprobos.

Con relación a todo esto es que maestros, profetas y sensitivos de orden moral y espiritual han estado alertando con sus enseñanzas que los acontecimientos que vive y vivirá el hombre en los próximos años de nuestro calendario serán decisivos para acelerar el tiempo del cambio. Asegurando, por demás, que la hora del reloj del tiempo está marcada. Y que, por amor y misericordia, nos piden unirnos con la fuerza de la oración sincera y con un evangelio práctico de amor y servicio al prójimo.