Polvo espacial y los enigmas

De una explosión venimos, del vacío total vino precisamente la suma de todas las cosas, de esa explosión que provocó el Big bang y de una cohesión englobadora salió una expansión total que aún sigue: nuestro universo sigue expandiéndose y lo hará por mucho tiempo más, como dijo Karl Sagan:

“Somos el universo entero en un cuerpo físico”. Dejando a un lado los grandes debates de la existencia de un ser superior y de todo lo que el hombre como ente pensante se ha dedicado a analizar, debemos centrarnos en entender mejor a ese ser que lo ha conquistado todo, que ha manipulado a su medioambiente, que ha construido tecnologías capaces de poder controlarlo y desafiarlo, de enfrentar a las enfermedades, a su intolerancia, a sus prejuicios sociales y económicos; a muchas situaciones que le han desfavorecido a través de su paso por este planeta, ese polvo espacial que en realidad somos por decirlo de alguna forma aún sigue sin poder explicar muchas cosas. Qué somos, hacia dónde vamos, qué deseamos lograr, por qué sentimos, por qué sufrimos la desventura y por qué el mundo sigue siendo tan incapaz de saciar nuestro deseo interior de responder a preguntas más profundas, a las que la razón o la ciencia no son capaces de explicar mediante una comprobación ya sea racional o lógica.

¿Cómo poder entender la complejidad de la evolución de la materia hasta crear esas computadoras biológicas que somos?, ¿por qué la ciencia no es capaz de dar respuesta a las preguntas interiores que subyacen en nuestro espíritu. Sabemos, como materia, que nos regimos a leyes de la física y de la ciencia y que inexorablemente estamos atados a sus dominios. Sin embargo sabemos que somos algo más que una simple materia evolucionada y que nuestras emociones y sentimientos, aunque algunos quieran ponerlo dentro de un cerebro con una función bioquímica específica, puede desafiar a esas realidades tan finitas y limitantes, sabemos que nuestra mente puede de alguna forma visionar y escapar al espacio-tiempo lineal que parece ser la única realidad a la que debemos de entender y obedecer.

Somos más que un simple polvo espacial, estamos dentro de una mente capaz de trascender a la misma realidad, no existe un libro de ciencia que lo explique todo, nuestra mente es el gran misterio, entendernos a nosotros mismos el gran reto de una sociedad imperfecta que evita que nos introyectemos de una forma responsable y directa; la ciencia y la filosofía no han podido darnos todas las grandes respuestas. Por qué este planeta permitió el desarrollo de la vida y por qué tenemos esta vida, con qué objetivo y cuál es en suma la razón de estar vivos. Definir y explicar es sencillo cuando sea de una forma descriptiva, pero cuando nos vamos a la esencia y buscamos el fondo, parece que las explicaciones se quedan cortas.

Si todo está interconectado en la naturaleza, por qué el ser humano está tan dividido ya sea intelectual, social, económica y miles de diferencias más, si sabemos que el bien es el punto que todos necesitamos para converger y entendernos por qué la maldad sigue siendo una de las realidades más repetitivas y dominantes de facto en la humanidad entera, por qué las espiritualidades humanas siguen siendo explotadas por una religión que carece de la misma, por qué el alma humana sigue siendo víctima del quehacer científico que la ignora y no intenta ni siquiera definirla y ponerla en alguna categoría seria e importante, por qué si somos materia y espíritu solamente la materia tiene la atención histórica de todo el quehacer intelectual serio y proactivo del ser humano.