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SENDEROS

Legítimo legado del buscador de Dios

Lesbia Gómez SueroSanto Domingo

Corrientemente, el hombre que busca y expresa sus simpatías por algún dogma, movimiento cristiano u otras doctrinas teosóficas y espiritualistas, se hace objeto de acervos críticos y de separación, por los criterios y prejuicios seculares, que se derivan en aquellos que no comparten con los mismos principios, de inquietos seres que buscan conocer la verdad a través de los modelos o disciplinas que les asistan. Todo esto obedece en gran manera, al fanatismo secular en algunos individuos, que no han aprendido a ver a Dios-La Verdad en cada una de ellas, como la más alta y divina manifestación del Espíritu Uno que las impregna.

Las religiones son las colegiaturas de los programas académicos para el aprendizaje; con nomenclaturas que las diferencian en los métodos; pero no lo que es la esencia de Dios. Es difícil darle el conocimiento de secundaria a un alumno de primaria, cuando aún no esta preparado para ello, porque le crearía más confusión en el aprendizaje. Con esto se infiere, que el desarrollo de la conciencia, en términos del conocimiento de la Verdad, deberá ser pautado por los grados de adelantamiento (evolución), siendo necesario completar todos los cursos para la investidura, que dan término para lograr la autorrealización del Ser.

Todo este proceso, dan los pasos para la iniciación del hombre con eventos y pruebas en el diario vivir, que resumen si se ha asimilado o no la enseñanza, que le permite la autonomía o la libertad. “Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”. Este enunciado bíblico da el carácter de la emancipación de la conciencia, al liberarse del obscurantismo de la ignorancia, que arropa con tinieblas, al hombre. Al estacionarse esta en sus sentidos, y al hacer de la fe un atributo particular, de creerse poseedores únicos de la verdad, y la relevancia de su expresión, con carácter universal de conocimiento. Hay que entender que esto se puede hacer mentira, cuando se instrumenta de forma sutil, por entes que buscan en la división, el triunfo de los aspectos ordinarios de sentimientos mal avenidos en algunos seres, haciendo con esto, que el alma se pierda al precipitarse con la duda y los miedos. Aplicándose aquí lo dicho: “Divide y vencerás”. Como de igual manera lo dicho por nuestro inmenso Jesús: “Todo reino dividido no permanece”, ya que sucumbiría por las presiones del enemigo.

Es entonces que el mismo Maestro Jesús entendía, que la penetración insidiosa del mal en el reino del espíritu crearían las guerras, como al efecto se llevan a cabo. Y por esto hay que entender que la Verdad es Una, con sus Principios inmanentes de Omnipotencia, Omnisciencia y Omnipresencia, que subyacen en toda Verdad, en la esencia de la doctrina pura, de aquellos, iglesias, templos, etcétera... que buscan realizar a Dios, con los dogmas de fe que las asisten, siendo importante recurrir con fe en las disciplinas de moral, ética y devoción sincera, para alcanzar la realidad como Ser. “Buscad primero el Reino de Dios, su Amor y Justicia, y las demás cosas vendrán por añadidura...”, porque el Maestro Interno, el Espíritu Santo de Dios, se hará presente y activo cuando el discípulo obediente esté preparado.

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