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REFLEXIÓN

“José, modelo de amor en familia”

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Mayra Molina de RinaldoSanto Domingo

En el evangelio de San Mateo 2:13-23 de hoy, día de la Sagrada Familia, se nos narra la historia de la huida de San José a Egipto con la virgen María y el niño Jesús, luego de habérsele aparecido en sueños el Ángel del señor y decirle que se fuera a Egipto porque el rey Herodes iba a buscar al niño para matarlo. San José inmediatamente ofrece su respuesta decidida tras este pedido de Dios para darle la seguridad que su familia necesita ante este inminente peligro. José no escatima esfuerzos, lo hace en medio de la oscuridad de la noche porque tiene la plena confianza en Dios de que guiará sus pasos y no le sucederá nada. Esta cita del Evangelio de San Mateo nos recuerda hoy la necesidad de proteger nuestras familias en estos tiempos tan difíciles que estamos viviendo, donde muchos Herodes asechan con destruirla. Herodes como el irrespeto entre padres e hijos, la vida fácil, la infidelidad, el egoísmo, la falta de amor, los deseos de poseer lo material sin importar el cómo, el aborto, la falta de caridad, el divorcio... Y que debemos poner en nuestros hogares el amor a Dios, la fe y practicar la vida de oración para hacer una convivencia fraterna y esforzarnos por darle a Dios el primer lugar en nuestras vidas y lograr una familia acorde con sus designios. Hace 15 años cuando hice mi cursillo de cristiandad en la bendita casa San Pablo, aprendí que tenía que conseguir cambiar mi metro cuadrado, mi hogar, para así comenzar a cambiar la sociedad, poniendo todo mi empeño en que el mismo fuese remanso de paz, amor, confianza, respeto, donación y amor a Dios. Mis hermanos, debemos retomar el sagrado compromiso de practicar cada día una vida más espiritual donde Dios sea el centro. Si ponemos oídos de escucha él nos hace compañía en el camino, refuerza nuestra esperanza, caridad y nos hace salir de noche hacia Egipto, es decir nos invita a no tener miedo ante nuestra propia vida que con frecuencia se llena de noches difíciles de iluminar. La iglesia y todos los hombres rectos y justos tienen que elevar su voz muy alto para gritar Salvemos la familia! Y trabajar sin descanso para la estabilidad y el desenvolvimiento de la misma.

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