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SENDEROS

Siendo aprendices y maestros

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Thany Matos de SucartSanto Domingo

Los seres humanos somos aprendices en todos los aspectos y situaciones que vivimos cada día, nadie, entiéndase bien, nadie tiene en esta tierra autonomía propia sobre sí mismo. Puede tener libre albedrío sobre sus acciones pero no sobre la forma y sus hechos. Todos dependemos de algo o de alguien, estando regidas nuestras acciones y hechos por esto; y las personas que no tienen con quién comunicarse en el día a día yo les aseguro que padecen los problemas y situaciones más difíciles, tienen doble personalidad, presentando una que puede ser racional y la otra, la que sólo ellos o muy pocos conocen, es la que se manifiesta casi siempre estando a solas, o sale a relucir en situaciones especiales donde los demás se sentirán sorprendidos ante tales pronunciamientos. No importa cuál sea su nivel de conocimiento de lo humano o lo espiritual, ni tampoco su edad, o que viva solo y sea dependiente de su familia; o que por su experiencia lo coloquen como la cabeza de un conglomerado, o que por su sabiduría sea un experto de la conducta humana, siempre será un aprendiz; porque nadie aprende solo y mientras más uno sabe más necesita saber; esta necesidad nos llevará de un lugar a otro donde siempre habrá alguien que pueda, sepa y deba enseñarnos algo. Los aprendizajes muchas veces no nos llevan al nivel en el cual deberíamos estar porque muchas veces nos obstinamos en no ver lo que realmente nos está diciendo la vida o el cosmos, como usted quiera llamarlo, pero siempre hay un maestro dispuesto a enseñarnos algo. Muchas veces estos maestros son mucho más jóvenes que nosotros y en dado caso optamos por oír por educación y no por interés, craso error, cada quien tiene su historia que contar. He escuchado a muchas personas decir, “yo no le pido a nadie, ni necesito a nadie”, mentiras, Dios no nos creó para que fuéramos independientes unos de otros, si hubiese sido así una sola persona tendría todo el conocimiento de las cosas para no poder acudir a nadie. DIOS nos creó a todos con un pedazo de su verdad, para que nosotros unamos todos los pedazos y así poder tener la verdad de las cosas, las cuales nos están permitidas. La humildad, después del amor, es la condición que más enaltece a un ser humano cuando emana del corazón. Pero el ego de querer ser autosuficientes no nos deja acceder al próximo nivel de sabiduría, donde no sabemos qué nos espera o a quién vamos a conocer. Nadie, ni usted ni nadie, sabe en esta vida dónde iremos a parar, sólo lo sabe Dios, la forma de hacerlo dependerá de nosotros. Todo el conocimiento es el mismo, lo que sucede es que tiene muchas y variadas formas para cada cual. La autora tendrá conversatorio lunes 8, 6:30 p.m.; Templo Dorado, C/ Miguel Ángel Monclús #152, Esq. Ángel María Liz, Mirador Norte.

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