enfoque
En defensa del Dr. Robert Reid y su esposa Ligia
Debido a unos informes desclasificados de la Agencia Central de Inteligencia -CIA- del gobierno de Estados Unidos, en que señala una infamia sobre el comportamiento de verdaderos héroes y mártires de nuestro pueblo, que contribuyeron con su osadía, al desarrollo de nuestra democracia que hoy vivimos, quiero aclarar lo que supe hace tiempo.
El doctor Robert Reid se formó como pediatra en el Hospital Infantil Nacional de Washington, D.C. siendo su residente superior, otro dominicano, el doctor José Rafael Puig, conocido por familiares y amigos con el mote de Baquiqui, de una familia, principalmente sus hermanos, antitrujillistas que sufrieron múltiples torturas y cárcel, que motivó entre otras causas, que no regresara al país hasta la caída de Trujillo.
Por conversaciones frecuentes y prolongadas con el doctor Puig, ya que ambos fuimos pediatras, me decía que Robin, como él le decía, durante su residencia de pediatría, conversaban sobre la tiranía trujillista y que al igual que él, Robin tenía una mentalidad democrática y antitrujillista.
Por otro lado, en mis años de estudiante de medicina en la UASD, el Maestro, Dr. Marcelino Vélez Santana y yo, hicimos una buena amistad, no solamente porque me gustaba su materia, la bacteriología, sino porque sabía que venía de una familia antitrujillista, ya que Miguel, mi hermano, cayó preso en el Movimiento Clandestino 14 de junio. El maestro Vélez Santana me contó en varias ocasiones cuando analizábamos la caída de Trujillo, cómo él y solo él, tomo la decisión de ir al apartamento del Dr. Robert Reid ante la desaparición sin causa justificada de Donald, su hermano, quien estaba involucrado en el complot del ajusticiamiento del tirano.

La desclasificación de recientes documentos sobre el ajusticiamiento del dictador Rafael Trujillo ha provocado un amplio debate en el país.
Me dijo, cito: Jesús, al Donald no responder nuestras llamadas telefónicas, le dije al grupo, vamos a la casa del hermano que debe saber dónde está Donald y que posiblemente debe saber que hoy era el día, termina la cita.
No hubo en ninguna de las conversaciones sobre el tema, contradicción de la cita antes descrita.
Por otro lado, la doctora Ligia Fernández viuda de Robert Reid, cubana de nacimiento, pediatra al igual que su marido, conversamos múltiples veces no solamente por ser pediatras, sino porque quería mucho a su amigo Baquiqui y sabía, a su vez, que el Dr. Puig me quiso mucho.
Tanto Ligia como Marcelino en conversaciones separadas me dijeron que Robert le dijo al grupo, cito: señores, Donald no me dijo absolutamente nada del complot y no sé dónde se encuentra. Y, por otro, este es un apartamento muy pequeño y mi esposa está embarazada. Si vienen por ustedes, no se podrán esconder, piénsenlo, creo deben buscar otro escondite. Nunca, ni el maestro Vélez Santana ni Ligia Reid, me hablaron de una actitud descompuesta de nadie y mucho menos del general De la Maza.

El doctor Robert Reid Cabral.
Ahora bien, ¿cómo la CIA supo lo que hipotéticamente estuvo en ese informe? Robert Reid se suicidó ante los interrogatorios a que estuvo sometido en la mañana. Antonio de la Maza y el general Díaz, fueron abatidos peleando en la Av. Bolívar. ¿Quién, sino los calieses trujillistas informaron a la CIA para denigrar a los héroes y mártires?