TESTIGO DEL TIEMPO
Oremos por la nación
En los 37 meses que faltan, camino a las elecciones de mayo del 2028, el presidente Luis Abinader y su Partido Revolucionario Moderno (PRM) enfrentarán serios desafíos. Hay tres situaciones muy volátiles, que pueden cambiar la simpatía popular acumulada hasta ahora, pero un desprecio nacional.
Entre las tan cacareadas “tierras raras”, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el perenne tema haitiano, habrán problemas.
Las “tierras raras”, por su ubicación, enfrentarán a Abinader con el movimiento medioambientalista nacional, por un lado y con sus jefes internacionales, el Foro Económico Mundial (FEM).
Según la Academia Dominicana de Ciencias, la mayoría de las “tierras raras” no solo están en los parques nacionales, áreas protegidas, su explotación encierra un desastre ecológico. Es difícil convertir un pulmón de la nación en foco de contaminación y salir airoso, no hay opciones.
En términos medioambientales, la explotación de las “tierras raras” sería un “ecocidio”, y lo que hace la Barrick Gold parecería un compromiso de mantener el equilibro ecológico.
La borrachera de préstamos termina en resaca, tratada con recetas del FMI que nunca resolvió ningún problema de nadie. Abinader negociaría con Washington mejores condiciones con el FMI, cediendo las “tierras raras”, cambiando una catástrofe económica por una ecológica.
El tema haitiano no tiene solución favorable para los dominicanos, ni Abinader ni nadie jamás podrá detener la migración, ese es un instinto de sobrevivencia incontrolable. La migración salvo la especie humana de la extinción.
Manejar estos tres temas mientras armoniza las “tendencias” que surgen en el PRM, en franca vía de “perredeización”, son pruebas humanas y políticas para Abinader.
Recordemos que las promesas incumplidas, y las negociaciones con el FMI trajeron la sangrienta poblada contra Salvador Jorge Blanco.
Estas son tres cosas “que se ven”, Juan Bosch nos enseño que en política las cosas “que no se ven” son mas importantes que las visibles.
Abinader nos trajo aquí y, si cree en Dios, debe estar orando mucho, porque ningún humano puede salvarlo.
Necesitamos unir nuestras buenas voluntades, oremos por la nación.