¿Qué queremos: Seguridad, esclavos o multas?
El Senado de la República se plantea interpelar al director del INTRANT, debido a la cantidad de accidentes que han venido ocurriendo en lo que va de año. Me parece que deberían hacer lo mismo con la gente del COBA, DICRIM, DNCD, DNI y de la Policía Nacional.
Este hexágono operativo parece ya un polígono infernal a los ojos de la población, que ya se siente hastiada, hostigada y hartamente maltratada por estos “servidores” que salen a la calle, a hacerle la vida imposible a los dominicanos.

Patrullas de la Policía vigilan en uno de los sectores de la capital
Como respuesta la misma Intrant propone medidas drásticas, mientras en el Congreso se debate por un lado en rebajar las multas, modificar la ley de seguridad vial, y se pregunta en algunos medios, porque no se cobran las multas que contempla la ley draconiana que se había creado.
Parece que aquello de la guitarra y el violín tiene una vigencia perenne en el accionar político de nuestro país y la capacidad de orquestar despropósitos es propio de todos, (dije todos) los actores de la partidocracia moribunda dominicana.
“Cuando estamos halando aire y en chancletas”, en buen decir popular, criticamos los abusos que cometen quienes están con el sartén por el mango, pero cuando tenemos el mango por el sartén, lo hacemos peor y no solo nos burlamos del pueblo elector, sino que traicionamos nuestros discursos, dejando ver claramente que somos los mismos burladores de la conciencia nacional.
Pero si volvemos al inicio y nos preguntamos, ¿Qué queremos, seguridad o multas?, podríamos también agregar para acompañar esa seguridad, ¿Qué queremos paz o más violencia?, ¿respeto y trato digno o mas abusos cotidianos?. ¿Gobernabilidad o anarquía?, ¿buen clima de negocios o estado fallido?.
Los mismos agentes que supuestamente deberían servir de mecanismo para el “aseguramiento de la seguridad”, están siendo los mayores provocadores de las imprudencias, la violencia y la rabia colectiva. Pues están obstinados en demostrar que tienen poder porque están armados, buscar culpables, decomisar e incautar sin orden judicial, humillar ciudadanos, poner multas caprichosas, amenazar con encarcelamientos, en lugar de educar para que la gente siga su camino con el menor chance de accidentes, mas seguridad y menos violencia.
En una carretera, donde la misma ley dice que está mal exceder el límite de velocidad también lo es ir muy lento, y en ambos casos te puede caber una multa. Uno se pregunta nueva vez, ¿Qué queremos?, ¿Habrán sido sicópatas los que formularon esa ley?, ¿Cómo estaba compuesta la casa de Alibaba en ese entonces?.
Por eso insisto, ¿Qué es lo que queremos, seguridad o multas?. Parece que ante el fracaso del concepto de los semáforos pone multas primero, luego el escándalo insoluto e impune del Intrant, más el nuevo fracaso de los radales pone multa, todo luce que sumamos improvisaciones o tal vez seguimos en los negocios.
¿Queremos no ser parte del problema sino de la solución?. Hagamos como dice la gente popularmente, “bájale dos”. En una carretera por ejemplo, ¿cómo se provocan más accidentes?, ¿teniendo personas que sacan una bandera para que bajes la velocidad, o solicitándole al conductor que frene casi de golpe para entonces ponerle una multa?. Si lo que queremos es mayor seguridad vial, entonces más que poner multas, deberíamos tener como meta, encausar las energías en ese momento de verdad, para que se mitiguen los riesgos de accidentes.
Cada vez que un humano pone multas, ordena se detenga un vehículo en la ciudad, provocamos un caos en el transito, y la conducta del conductor puede variar, lo que todavía hace más lento el proceso. Si lo hace en la carretera tal vez porque el conductor excede 10 millas el límite de velocidad, entonces sumamos mayor riesgo de accidentes.
¿Por qué tiene un policía o un agente de DICRIM estar deteniendo y fiscalizando vehículos a su antojo?. Parecería que estamos colocando a la población dominicana en una misma gran ficha de perseguidos o prófugos de la justicia. Y entonces, agentes que no son de transito, se dan a la tarea también de fiscalizar. De revisar y hasta incautar vehículos. ¿Pero con qué derecho?.
Ya la gente está harta de esto. Tenemos leyes que no se cumplen y de qué ley podemos hablar, si las mismas instituciones del estado no acatan siquiera las sentencias del tribunal constitucional. Estamos creando un estado de anomia y el abuso de los agentes de tránsito, del COBA, del DICRIM y la Policía Nacional, serán el argumento perfecto para la próxima explosión social en la nación dominicana.
En estos días informaba un titular de la enorme cantidad de multas de transito que se han colocado. Y de la realidad de que las mismas vencen y al final no tienen que pagarse. Pero también, muchas denuncias de abusos históricos, donde un fantasma pone multas las hace parir en el sistema, a personas que ni están conduciendo un vehículo. Con tantas inconsistencias ¿en quién se puede creer y a quien respetar?.
Y ahora se propone que la modificación de la ley contemple la declaración de prófugo de la justicia a los que no paguen una multa. ¿Qué queremos? Volvemos a preguntar, ¿hacer dinero o la seguridad vial?. ¿Que la población respete a los uniformados, con dignidad y por merecimiento, o que les tengan más que terror, odio por sus abusos y que venga una reacción popular?.
Las estrategias de seguridad han fallado no importa lo que digan las versiones oficiales, y lamentablemente la población no siente que debe respetar a sus abusadores. El pueblo dominicano no dejará de ser libres por pretensiones dictatoriales disfrazadas de seguridad vial o ciudadana. La confianza y el respeto merecidamente perdidos no se restauran con el abuso.