El primer escudo de protección de un NNA: La familia
En los Últimos días, hemos visto con horror y tristeza múltiples casos de abusos y maltratos contra niños, niñas y adolescentes (NNA) en nuestro país. Ante cada tragedia, la indignación colectiva se dirige, con razón, hacia las autoridades y organismos responsables de garantizar su seguridad. Sin embargo, hay una realidad que no podemos seguir ignorando: cuando estos casos llegan a la justicia o a los medios, el daño ya está ¡hecho. La pregunta que debemos hacernos es: ¿Dónde estaba la protección que debía empezar en casa?
El hogar es el primer entorno de seguridad de un niño o niña. Los padres y madres son los primeros responsables de garantizar su bienestar, de protegerlos del peligro y de detectar cualquier señal de alerta. Sin embargo, en muchos casos, esta responsabilidad se diluye en la rutina, en la confianza ciega en terceros o en la falta de herramientas para ejercer una crianza atenta y protectora.
Es hora de entender que un hijo no es solo un lazo de amor, sino un compromiso inquebrantable. Se pueden delegar funciones, buscar apoyo y orientación, pero nunca la responsabilidad de su seguridad. Cuando una niña o niño es maltratado en su propio hogar, cuando sufre abusos en un entorno cercano, cuando su voz no es escuchada o su dolor es ignorado, es porque los adultos responsables han fallado en su rol protector.
Claro que las autoridades tienen un deber fundamental en la prevención y sanción de estos delitos, pero su intervención ocurre cuando ya existe un escenario de vulnerabilidad. La verdadera prevención empieza antes, en la familia, en el hogar, en la educación y en el acompañamiento diario. No podemos esperar que organismos externos reparen lo que en casa nunca debía romperse.
Cada caso de abuso y maltrato que conmueve al país es un recordatorio de que necesitamos asumir nuestro papel con seriedad. Como sociedad, debemos exigir justicia, pero también debemos preguntarnos: ¿Qué estamos haciendo en nuestras propias familias para que nuestros niños, niñas y adolescentes crezcan protegidos, amados y seguros? Porque la primera línea de defensa de un niño no es el sistema de justicia, es su hogar.
@rosa_escoto_