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Abinader vs Leonel: cortés controversia sobre la eficiente democracia

En La Semanal del lunes 10 de marzo atestiguamos la sonrisa del presidente Luis Abinader —pletórica de simulada picardía política— y sonreímos también: aprobando la sutil y no confrontativa vía que escogió para rebatir las críticas que esa mañana la opositora Fuerza del Pueblo (FP) hizo al gobierno a través del expresidente Leonel Fernández, quién invitó al mandatario a su residencia santiaguera en “Los Trinitarios”, donde son vecinos, para tratar “cara a cara” la realidad santiaguera, acusando al Ejecutivo de desconocer la realidad imperante en esa provincia.

—Leonel parece que tiene mucho que no va a Santiago—, ripostó Abinader. Y agregó: Hemos construido 2019 viviendas ahí. Recurriendo a una hipérbole, remató: “solamente un kilometro del monorriel es más que las obras que ellos (el gobierno de Fernández y el PLD) construyeron en Santiago”. Entre 2005-2012 en esa provincia se construyeron 269 km de tramos viales.

Acto seguido, Abinader aceptó y reciprocó la invitación: a Pedernales, adonde mostraría a Fernández lo hecho por su gobierno ahí.

Perspicaz, apeló al humor: “es un abuso” encontrarse en Santiago. Recurriendo a la cortesía y respeto mutuos, consintió el debate y lo transaccional: “Queda cordialmente invitado”.

¿Almorzarán?

La democracia vigorizada es socialmente rentable y eficiente; aspira a confrontaciones y propuestas transaccionales que validan formatos anclados a sus valores y principios; que cuestionan y visibilizan resultados y falencias; que favoreciendo diálogos, promueven el desarrollo de una oposición de contrapeso; vigilancia, disensos, oportunidad y consensos.

En el pasado, el doctor Peña Gómez contrariando el desarrollismo balaguerista, le colaboraba difundiendo el turismo nacional en España y Europa, motivando a los de la Internacional Socialista a invertir aquí. En su primer y segundo gobiernos el doctor Fernández amplió esta visión, atrayendo empresas como Ikea, Carrefour y otras.

La civilidad en la competencia política acredita positivamente a las naciones azotadas por la vulgaridad de las maneras palpable en el tránsito. Respeto y buen decir constituyen paradigmas que la “clase” política podría proyectar y validar como formato rector de las interacciones ideales mediante las cuales discierne sobre intereses y visiones contrapuestos.

Hay quienes atestiguaron “diálogos” entre líderes auto flagelándose: “Eres más ladrón que yo”, airados; disparos en la Cámara de Diputados; funcionarios desfigurados por la cólera al no poder imponerse sobre otros y de alguno proferir: “¡Es un come m…da!”.

Enorgullece al país tener dos líderes de la calidad humana y personal del presidente Abinader y del doctor Fernández. Satisfaría que sus seguidores los emularan. Que nuestra política continuara enfocando el interés y bienestar colectivos, creando vías, formas y espacios de soluciones favorables para el desarrollo, la dicha y convivencias ciudadana y política.

Eso nos diferenciará de la bestialidad, impidiéndonos retroceder o emularla. Siempre que las transacciones, conversaciones y confrontaciones políticas adopten ese cordial y respetuoso modelo, con disposición permanente al diálogo, nuestra democracia continuará fortaleciendo como patrimonio y oportunidad de desarrollo general y humano.

Felicidades al presidente Abinader y al ex presidente Fernández. Sus subalternos y correligionarios deberían emularlos y superarlos.

Que la cortesía, el buen decir y el respeto prevalezcan sobre la barbarie, la intolerancia y la violencia.

Aspirarlo no es “cuestión de ilusos”.