SIN PAÑOS TIBIOS
Rompiendo paradigmas
Cuando capturan a un gran capo del narco, la sociedad lo celebra y la oposición [la de turno] hace elucubraciones sobre el impacto que sus confesiones tendrán una vez sea extraditado a Estados Unidos; y, sobre todo, quiénes son los personajes enquistados en el poder local que le brindaban apoyo y que sentirán las consecuencias
Aunque eso es un tema interno y residual, porque lo verdaderamente importante para “el imperio” son las informaciones que pudieran obtenerse para lograr los siguientes grandes golpes de cara a su política antidrogas: suplidores en el país de origen del producto, rutas, eslabones de la cadena, estructura de lavado, blanqueo de capitales, etc.
Lo demás es morbo y puras aspiraciones de los dominicanos que no acabamos de entender eso; y, por eso, siempre en cada gran captura/extradición de los últimos 30 años se escucha la misma cantaleta que no es más que la expresión sublimada de ese hartazgo que –frente a la corrupción y la impunidad– todos tenemos; aunque de un “ahora si va a caer fulano cuando zutano hable” no pasamos.
Otra realidad: ante cada cargamento de droga decomisado (y en cada presentación de estadísticas), no importa la cuantía del hito y el alijo, porque siempre subsiste la idea que “si eso fue lo que agarraron imagina, lo que no agarraron… o dejaron pasar”. Al margen de que eso tiene el mismo rigor que tiene el argumento de “si mi abuelo hubiera tenido ruedas habría sido bicicleta”, incluso frente a cada operativo de incineración de drogas, el nivel de escepticismo/descrédito hace que hasta se llegue a cuestionar si realmente toda fue destruida.
En definitiva, que no importa qué también haga el trabajo la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), porque para ellos siempre aplicará la teoría del letrero en el cristal trasero de la guagua que cubre la ruta Capital-Haina: “Como quiera dicen”.
Es en ese contexto que hay que tratar la importante noticia servida ayer por Listín Diario, cuando se hacía eco de informaciones de la DNCD que daban cuenta de las estadísticas de los decomisos de cocaína correspondientes al periodo 16 de agosto 2020 – 03 de febrero 2025. Que en cuatro años y seis meses hayan sido decomisados 199,495 Kg de cocaína (¡casi 200 toneladas!) dice muchas cosas, pero, que en el periodo correspondiente al 16 de agosto 2004 – 16 agosto 2016 (16 años) hayan sido decomisados 77,526 kg (28%), dice más.
A priori, la explicación más simple (válida dentro del enfoque binario político gobierno/oposición) sería decir que el tráfico ha aumentado. Otra sería decir que la actual gestión de la DNCD ha sido más eficiente que las anteriores; que mejoras en inteligencia, colaboración interinstitucional y rayos X en los puertos por parte de la Dirección General de Aduanas reducen brechas al narco.
En todo caso, el desempeño de las autoridades competentes ha sido excepcional y meritorio. Eso nadie puede ponerlo en duda.