SIN PAÑOS TIBIOS
“Comienza la segunda del noveno”
Terminada la tregua, los partidos se disponen a tocar su canción favorita: “Quítate tú, pa’ ponerme yo”. Unos con guitarra y otros con violín, pero todos se espabilan, porque, aunque estamos en febrero de 2025, el 2028 está a la vuelta de la esquina.
El PLD corrió adelante y llegó de primero. No se sabe si a beber agua limpia o a contemplar en su superficie el empequeñecido reflejo del otrora gigante electoral imbatible… Y es que, cuando se escriba la historia de las debacles políticas, lo acaecido en el PLD entre 2019 y 2024 ocupará un capítulo de estudio, digno de academias.
Aún así, los morados no se arredraron, sacaron el pecho, pusieron buena cara y se dispusieron a comenzar otra vez desde el principio, como en los mejores días cuando eran un partido pequeño; sólo que Danilo no es Bosch… pero no importa, igual salieron bien. Realizaron un congreso exitoso, organizado e impecable, y ahora, se dispondrán a hacer oposición mientras buscan un candidato para el 28.
Que Abel marque bien no sorprende, ni que Francisco Javier lo haga –veterano de mil batallas, sino que desde el trabajo de base y la academia ascienda la figura de un Juan Ariel, arquetipo del PLD que debió ser y no fue; y eso debe llamar a reflexión.
En la Fuerza del Pueblo, aunque la cosa pinte mal el cuadro les quedará bien. El liderazgo de Fernández se impondrá y se reforzará, y el ascenso de Omar deberá ser visto como la oportunidad del partido de conectar con otros sectores, y no como una amenaza interna a las posibilidades reales de ganar del líder. El desafío inmediato será que toda su dirección sea escogida y validada en un proceso libre y sin intervenciones.
En el PRM el panorama luce complejo, más no complicado. Si “acotejar” bien una carga y que quede pareja es difícil, cambiarle la silla al caballo mientras está corriendo requiere práctica, paciencia y arte. Luis ha demostrado ser buen jugador del ajedrez político y ahora deberá colocar las fichas en un juego que él no jugará.
Todas las piezas serán importantes pues sólo la unidad garantizará la victoria del partido. Ningún precandidato ganará sólo –ninguno–, de ahí que tan importante como que Collado y Carolina vayan de primeros, es que Yayo esté en tercero… y en ascenso.
El dilema estará en el tercer jugador que llegó tarde al juego, que nadie invitó, pero que juega bien y piensa sus jugadas. Frente a dos proyectos presidenciales que llevaban tiempo corriendo solos –con respaldos sólidos–, emerge sorpresivamente un tercer precandidato que nadie esperaba. Uno que sin decir que va, ya se percibe –según la encuesta “RD ELIGE”– como la tercera vía.
Como Salomón, el desafío de Luis no será partir bien al muchacho, sino garantizar que siga caminando… Eso sí, con todas sus extremidades.