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DeepSeek estremece a Silicon Valley

Deepseek, es una especie de “startup” (empresa emergente) con alrededor de 200 empleados, dedicada al desarrollo de Inteligencia Artificial (IA), que puso en marcha un modelo de IA que desencajó a Silicon Valley y casi desbanca a Nvidia con la pérdida de 600,000 millones de dólares. Esta vanguardista empresa estadounidense diseñadora de chips para IA, está impedida por Estados Unidos de vender microprocesadores de última generación a China, con la finalidad de frenar el avance tecnológico del gigante asiático; un esfuerzo que ya había fracasado en el caso de Huawei y ZTE, limitados a Chips “desfasados” de 7 nanómetros, que están a años de retraso respecto a los de 2 nanómetros que produce esta compañía. Estos pequeños dispositivos de última generación son indispensables para avanzar, no sólo en IA, sino también en la computación cuántica y en los vehículos de nueva energía, que se han convertido en computadoras rodantes que amenazan el parque vehicular a combustión que va camino a la desaparición, víctima de regulaciones medioambientales y la eficiencia de los nuevos modelos de energía limpia.

Esta empresa china ha igualado o superado en desempeño a sus pares estadounidenses como Chatgpt que cobra 200 dólares mensuales por su uso, mientras que DeepSeek es completamente gratuita y de código abierto. Su gratuidad y eficiencia la ha convertido en días en el modelo más descargado. Lo interesante de este asunto es que, mientras la inversión para desarrollar este tipo de instrumento tecnológico en Silicon Valley es "milmillonaria", DeepSeek apenas invirtió 5 millones de dólares en dos meses para desarrollar este modelo que desafía la burbuja tecnológica occidental que también dejó pérdidas a Microsoft por un valor de 101,330 millones de dólares; a la productora de software Broadcom con 199,541 millones de dólares; además de la taiwanesa Taiwán Semiconductor Manufacturing con 153,363 millones de dólares.

Horas antes del lanzamiento de DeepSeek, el primero de enero de 2025, el recién instalado presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, anunció un “megaproyecto de IA llamado Stargete con una inversión de 500,000 millones de dólares. Durante el anuncio, hecho desde la Casa Blanca, se hizo acompañar de ejecutivos de empresas del área, como Larry Ellison, de Oracle; Sam Altman, de OpenAI y Masayoshi Son, del holding japonés SoftBank. “Esta compañía monumental es una rotunda declaración de confianza en el potencial de Estados Unidos bajo un nuevo presidente”, dijo casi a modo de exclamación el mandatario, a menos de 24 horas de haber ocupado el Despacho Oval y en medio de las expectativas alrededor de una nueva administración que asumió la gestión del Estado tras una estela de propuestas de campaña que auguraban una escalada en la guerra tecnológica con una audaz y desafiante China que no detiene su marcha innovadora.

Sin tener tiempo de tomar el aire que le permitiera a Silicon Valley reponerse del shock causado por un pequeño proyecto creado hacía sólo meses, Alibaba, la empresa de comercio electrónico de china competidora de la estadounidense Amazon, ha anunciado el desarrollo de una IA que supera en eficiencia a DeepSeek, anuncio que ha elevado los grados de incertidumbre en California, tras el pinchazo que hizo estallar la inmensa burbuja que rompió los bolsillos de ingenuos inversores. Pero como si fuera poco, y para prolongar el INRI de los magnates de la tecnología y de los que se sienten estafados por éstos, también se especula que otros “startups” chinos dedicados a estas tareas, comienzan a irrumpir de forma desafiante en esta industria que empieza a impactar a manera de vértigo en la vida de nuestras sociedades, desde la producción, la educación y la medicina, hasta el entretenimiento.