PENSAMIENTO BÍBLICO
Inexcusable
“Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas; pues en lo que juzgas a otro, te condena a ti mismo; porque tú que juzgas haces lo mismo”, Romanos 2:1.
Dios se ha revelado. Por lo tanto, el hombre es inexcusable ante el testimonio divino. Francis Shaeffer escribió: “Él está presente y no está callado”.
El Señor ha hablado. Por consiguiente, ha mostrado su gracia y su justicia. Nuestra condición de pecadores nos hace inexcusables. No podemos alegar inocencia.
Para eso vino Cristo. A deshacer toda obra de maldad y reconciliarnos con Dios. Sólo Él pudo propiciar esa transformación, a fin de hacernos hijos del Señor.