Esperaré que discurra enero

Lo que se espera de un gobierno es que al final de año o al principio revise los planes y establezca los nuevos, en esto incluiría hasta los partidos porque son entidades llamadas a trazar y cumplir metas porque una práctica autocrítica alinearía a hombres y objetivos y detectar dónde hubo las fallas.

Pero me equivoco, la rendición de cuentas es un achante para enviar al Congreso y de los partidos nada digo porque son chivos sin ley. Es un mal ejemplo porque barren para adentro para evitar las críticas.

Este inicio de año nos atrapa con una situación de un gobierno que inició dando traspiés y se ocupa más de la injerencia externa que terminar las obras que arrastra. El incumplimiento es la norma así vemos que nos entrometemos en la vida política de Haití, Venezuela, Honduras y Guatemala sin enfrentar el costo de la vida, el alza del dólar o de dónde vino “el mayor contrabando de drogas” decomisado en América.

Todo mundo sabe que para montar tal embarque en un mundo tan vigilado como el actual se requiere de una estructura internacional muy aceitada con la participación de un amplio personal, pero ignoramos quienes son los dueños. Se puede pensar lo que sea y todo es verdad salvo que el presidente Abinader uno de estos lunes se quite el bobo y despeje la bruma.

Si algo hay que destacar es que nuestro presidente ha tenido muchos compromisos internacionales y ahora recibiremos al derrotado candidato presidencial de Venezuela con la esperanza de que el sector externo y sin elecciones haga justicia o que soldemos un compromiso de invadir ese país para poner las cosas en orden.

Lo que requiere la RD es la solución de sus problemas, pero se mantiene el alto costo de la vida, el dólar está en niveles históricos, los servicios públicos se deterioran y obras emprendidas hay que derribarlas por vicios de construcción, pero lo que tenemos es que nuestros ejecutivos gubernamentales se pasan los días haciendo amarres internos para lograr una candidatura presidencial y el presidente viajando.

Abinader pasó cuatro años sin cumplir su plan de gobierno, pero prometiendo a diestra y siniestra. En el baúl del carro 01 cargaba un pico que desenfundaba para simbolizar el inicio de obras que no pasaron de ahí, ahora podría estar cansado de ser un correcaminos o siga viajando haciendo contactos para lo que pueda sobrevenir.

En cuanto a la oposición se puede advertir que se preparan para el combate. La Fuerza del Pueblo remodela su estructura y dirección mientras que el PLD hace lo propio, ya cuenta hasta con aspirante presidencial.

Los tres principales partidos tienen tareas complicadas por delante. El PRM como el PLD tienen lideres que no puede competir por la presidencia, lo que significa una ventaja para la FP que en ese renglón no tendrá lucha interna ni sofocones; el partido de gobierno podría tener dificultades por la designación de sus autoridades y la FP en la escogencia de dirigentes capaces de mantener el ritmo de crecimiento y éxito pasado.

Sobre el PLD y el PRM tengo ideas que podrían dar condimento al caldo y convertirlo en tónico, pero aún es temprano para eso.

Mientras, esperaré sentado para saber si hay información sobre el origen del contrabando de narcóticos, si atraparon algún gerifalte vinculado a la operación o por lo menos como vamos a impedir que Maduro siga en el poder o continúe la haitianización de la RD.