Talento, misión y pasión

Hace aproximadamente una semana, recibí una llamada telefónica de un hombre de bien. Un amigo que tiene años haciendo solamente lo que le gusta: trabajar. Un hombre nonagenario, que no le tiene miedo al trabajo, a trazarse metas y a lograrlas. Le decía a mi amigo, que cuando una persona se dedica a hacer algo que le gusta, no se da cuenta que está trabajando.

La pasión que se le puede poner a las cosas que uno hace, hace la diferencia. Si usted puede lograr identificar aquellas cosas o habilidades que tiene, que hace muy bien y que además le gusta, y puede incluso identificar a quién servir con el resultado de su trabajo, siempre va a tener un pan debajo del brazo.

No solamente eso, puede ser también que pueda crear abundancia y algo mucho más significativo para su vida, es saber que vive una vida con un propósito. Todos esos dones y talentos que tenemos vienen de fábrica, y no todos tenemos la oportunidad de detectarlos, descubrirlos y desarrollarlos. Muchos vamos caminando por la vida respirando solamente porque tenemos nariz, o comiendo solamente porque tenemos boca.

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