El cambio en 2025

La política tiene como razón de ser la búsqueda del poder. Sin importar el nivel de complejidad social, el poder es el fin, la política el medio. Y aplica desde una junta de vecinos en Naco a una de regantes en Vallejuelo. Y siempre ha sido así sin importar época, país, cultura; porque el poder es lo que permite lograr cambios (individuales o sociales) o mantener el statu quo, según sea el caso.

Para motorizar cambios en una sociedad, más que poder lo que se necesita es voluntad política. Esto es, que quien detente el poder sea capaz de instrumentalizarlo al servicio de un propósito colectivo, sin dudas o titubeos, y con la firmeza de quien detenta el timón de la nave en medio de la tormenta más temible; seguro de hacia dónde está el destino al que quiere llegar, aunque en medio de la oscuridad de la tempestad nadie lo vea.

Este 2025 será el año en que Luis Abinader y el PRM navegarán en solitario por las procelosas aguas del poder. Con una concentración total y absoluta de todo el poder necesario para impulsar cualquier cambio o reforma, no tendrá ningún tipo de excusas que justifiquen porqué hizo o no hizo tal cosa.

El mayor riesgo de desear algo con todo el corazón es que se convierta en realidad, y el PRM quería todo el poder y lo logró. Ahora toca gobernar con firmeza, equidad, sabiduría y sentido de Estado. Superado el Trastorno del Estrés Post Traumático (TEPT) que significó el rechazo generalizado del intento de reforma fiscal y la constatación a lo interno del partido de que muy pocos de sus “fieles”, estaban dispuestos a jugársela por él, Abinader puede afrontar 2025 con una mirada más reflexiva y aprender de aquel amargo momento las lecciones necesarias para impulsar hacia adelante todas las reformas que constituirán su verdadero legado.

Con una oposición dividida e infuncional, los peligros están adentro, no afuera. De ahí que compaginar el buen gobierno con la prudente gestión partidaria será el mayor reto; porque si todos piensan en el 28 y nadie en el 25, no habrá 28 para nadie; porque el mejor candidato del PRM para 2028 será el buen gobierno que haga, y todo lo demás estará supeditado a eso.

En un país esencialmente presidencialista, lo más importante en este 2025 es que el presidente pueda en enero poner sobre la mesa todo su cronograma de reformas con objetivos, fechas, responsables, y comunicarlas con tiempo; y de ellas, a priori, la más importante de todas: su gabinete. El año comienza y el gobierno tiene la oportunidad de poner el millero en cero… Comenzar de nuevo, con un gobierno nuevo.

Si el presidente asume “El cambio dentro del cambio” puede relanzar el gobierno y mejorar la calidad de vida de la gente; porque en un país caribeño y macondiano como este, la voluntad política lo es todo, y lo demás viene solo.