Gobierno de promesas inconclusas

Al concluir el 2024 se cierra una gestión de gobierno sin nada que mostrar salvo una ensarta de promesas sin cumplir y ninguna obra que sirva de ejemplo, muy contrario a su compañero Hipólito Mejía que nos dejó un ferroso paso para peatones que ha facilitado la circulación citadina y es una proeza que aún está en servicio.

La revisión historia de las gestiones de gobierno del viejo PRD, maquillado como PRM, es la misma y el desencanto es mayor porque el público se hizo la ilusión de que habría un cambio real no solo de gobierno del PLD sino del estilo que arrastra el grupo que encabeza el presidente Luis Abinader.

Lo tenían todo, sobre todo dinero adquirido mediante una larga lista de préstamos. Quizá los planes de gobierno expresados durante la campaña electoral 2016 no fueron sólidos porque carecían de perspectivas de ganarle a un PLD que lucia imbatible.

Para todo el mundo fue una sorpresa que Danilo Medina se pusiera errático y como un orate arremetiera contra sus propias normas causando daños irreparables a su partido y campaña electoral. Copió el estilo del viejo PRD y las consecuencias abrieron de par en par las puertas para Abinader.

Sin embargo, Abinader ha fracasado y sus primeros cuatro años se han ido por las alcantarillas

Lo que todos esperan es que recobre el tino y los tres años y pico que le quedan los dedique a culminar lo pendiente no importa que aplique su mismo estilo de dar reversa porque un nuevo estilo se está poniendo de moda y es el cambio de proyectos diseñados o aprobados como la circunvalación de Baní, las obras del kilometro 9 del Distrito Nacional o el metro que enlazará a Los Alcarrizos, solo por citar algunas.

La situación del gobierno es más delicada porque los funcionarios están organizando sus grupos, o tendencias para la campaña electoral. Los que se consideran presidenciables ya están mas allá de los fines de semana ejerciendo su labor con los ojos puestos en el 2028.

Uno que otro que actuaban con disimulo para aparentar cumplimiento a la promesa que hicieran de no desatender sus funciones de gobierno ya están lanzados, aunque no se publiciten sus gestiones.

Incluso el mismo Abinader apagó su estilo porque ya obtuvo la reelección y sus miras parecen ser insertarse en el concierto internacional o tejer nuevas alianzas que lo hagan más fuerte ante posibles arremetidas futuras que se pregonan desde el litoral opositor. Desde hace meses el mandatario viaja al extranjero, sobre todo a Estados Unidos, en algunos casos en gestiones sin importancia.

Entre esos viajes se dice que le sirven de escapatoria a temas calientes como ocurre ahora con su viaje familiar en medio del escándalo sobre el origen del mayor alijo de drogas que atraparon en el puerto multimodal de Punta Caucedo. El presidente dijo que esperaba un informe de las Fuerzas Armadas para dar la información definitiva y que quite el baldón de que fue en la RD que se armó el proyecto de contrabando destinado a Europa. Pero lo días pasan y nada se informa.

Este gobierno que se inició dando traspiés no sale de un escándalo. Quizá las navidades hayan acallado el bochorno de los bonos, pero se esperan por los nuevos desaciertos. Ese es su estilo.