testigo del tiempo
Gobierno de cabos sueltos
La nación nunca tuvo un gobierno que haya tenido tantos cabos sueltos, tantas cosas inconclusas, dejadas a que caigan en el zafacón de la memoria, el olvido. El gobierno que inició como abanderado de la lucha contra la corrupción y cuatro años más tarde todo quedó en persecuciones políticas, ningún “corrupto” ha sido condenado.
De la explosión de San Cristóbal el gobierno tiene todos los informes, hasta involucró a la inteligencia de las Fuerzas Armadas, pero con nadie comparte lo ocurrido. Nadie sabe a ciencia cierta quienes se robaban las municiones de los depósitos de la Policía Nacional, mucho menos quienes se las vendían a las bandas delincuenciales.
Seguimos incautando cantidades astronómicas de drogas ilícitas, pero no hay un solo culpable de nada, en ningún lado. Ignoramos quienes estuvieron detrás del famoso cargamento de casi 10 toneladas del polvo blanco aquel, el gobierno intentó culpar gobiernos centroamericanos, pero sus gobernantes hablaron con claridad.
El Gobierno Dominicano respondió con silencio, y suspendió la rueda de prensa semanal que ofrecía el presidente de la República, no podía seguir diciendo que “no sabía”. Con todos los recursos investigativos del Estado a su disposición, tenemos el presidente peor informado del mundo entero.
De no saber absolutamente nada de lo que pasa en el país, el presidente se ausenta por cinco días para “compartir con sus hijas” en la Navidad. Es difícil creer ciertas cosas, porque lo que siempre pasa es que los hijos que estudian al extranjero retornen a pasarse la navidad en casa, en familia.
¿Qué realmente está haciendo el presidente en los Estados Unidos? La respuesta a esa y muchas otras preguntas vendrán; no sabemos cuándo ni cómo, solo estamos absolutamente seguros de que nada queda oculto bajo el sol.
Se podría adornar un árbol de navidad en el Obelisco del Malecón capitalino con todas las cosas inconclusas, todos los cabos sueltos que deja el actual gobierno. La gente del poder debe saber que no olvidamos nada, esperamos los nudos que atarán los cabos sueltos.