Policía: Entre el trigo y la cizaña
En la parábola del trigo y la cizaña, Jesús nos enseña que ambos crecen juntos hasta el momento de la siega, cuando el trigo es separado y llevado al granero, y la cizaña es quemada.
Esta enseñanza, cargada de sabiduría, guarda una poderosa analogía con la realidad que vive la Policía Nacional. En esta institución, encargada de velar por la seguridad y el orden, conviven tanto servidores íntegros y valerosos como elementos que han permitido que la corrupción, la inmoralidad y la falta de ética echen raíces profundas.
Los recientes incidentes protagonizados por agentes corruptos o antiéticos han evidenciado una problemática generacional que no solo socava la paz y la tranquilidad ciudadana, sino que también afecta la credibilidad de la institución.
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