Ideando
El valor de las ideas
Para ser verdaderamente efectiva, la publicidad de estos tiempos está sujeta a la calidad creativa de las campañas y a la profesionalidad de quien la paute.
Porque hoy se hace más difícil llamar la atención Y es más complicado posicionar marcas en la mente de personas que tienen cada vez menos espacio para archivar informaciones. La cantidad de ruido existente en el entorno de la gente complica también esa comunicación. La misma competencia de los medios y su sangrienta lucha por los predominios porcentuales de las audiencias, obligan a escribir mensajes impactantes.
El reto es cada vez más desafiante y complicado en ambos sentido: para producir campañas memorables y al mismo tiempo para diseñar estrategias de medios precisas.
No hay tiempo que perder.
Lo dijo el renombrado creativo publicitario argentino Carlos Baccetti: lo único que puede cambiar la historia de una marca del lugar donde está son las ideas que acompañen su publicidad.
La buena creatividad es capaz de generar una conexión emocional con los consumidores y solo ella es capaz de producir mensajes únicos, que no se parezcan a ningún otro dentro o fuera de su categoría.
Dice el creativo español Toni Segarra que el trabajo de un creativo publicitario consiste básicamente en dos cosas: diferenciarse y en añadir un valor a la marca que otras no tengan.
Realmente la esencia de la publicidad no ha cambiado. Ha cambiado la forma de hacerlo. “Siempre habrá que explicarle a un consumidor las ventajas de un producto o servicio y motivarle a comprarlo, plantea el archifamoso creativo español Luis Bassat.
Siempre ha sido así, pero muchas cosas han cambiado en la forma de llevar esa comunicación al público objetivo en estos tiempos y de ahí la imperiosa e imprescindible necesidad de potencializar los esfuerzos por comunicar de manera excepcional y de pautar de manera profesional.