Somos Instantes

En nuestro último encuentro les hable de la importancia de estar presente en la vida de los demás, mientras aun estos pueden gozar de ese cariño y afecto, que sin dudas le tenemos, pero antes de que pase a otro campo que no sea el terrenal. 

Con esto, me salté una parte importante, la apreciación a nosotros mismos. Damos por sentado que ahora estamos, sin saber que la vida es un soplo y que en la siguiente hora, podríamos ya no.

No valoramos lo suficiente cada uno de los esfuerzos que hacemos para ser mejores personas, no aplaudimos con tanta fuerza nuestros logros, ni nos decimos al reflejo del espero lo mucho que apreciamos nuestro paso por este mundo terrenal y lo mucho que nos queremos.

Dejamos pasar los días en lugares o con personas que no nos hacen reír a carcajadas y muy por el contrario apagan de a poco la luz que brilla en nuestros ojos.

A lo que quiero llegar con todo este palabrerío es que señores, somos instantes, somos la risa con nuestros familiares y amigos en ocasiones de celebración o el abrazo cálido en tiempos de incertidumbre.

Somos la rutina que nos hace salir de ella y que no se vuelva monótona o pesada repitiéndola día tras día, porque hacemos lo que nos gusta, nos llena y apasiona.

Y claro, somos los sueños que se convierten en realidad luego de pensarlos e idealizarlos y sobre todo, trabajar con empeño por ellos.

Al final del viaje lo más valioso es sonreír porque dentro de esta instancia corta estuvimos donde quisimos y con quien queríamos estar. Los malos ratos y lugares ni se repiten, ni se hacen costumbre.

Así que la invitación de hoy es sencilla, se tú, pero con quieres y donde te dejen.