VIVENCIAS
Adviento y el protoevangelio
El Adviento, tiempo de esperanza y preparación espiritual, nos conecta con el Protoevangelio (Gén 3,15), la “primera buena nueva”.
Tras la caída de Adán y Eva, Dios anuncia: “Haré que haya enemistad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y la suya. Ella te pisará la cabeza mientras tú herirás su talón”.
Este primer atisbo de salvación proclama la victoria sobre el mal a través de la mujer y su linaje.
María, la nueva Eva, madre de los que nacen a la fe, contrasta con Eva, madre de los que nacen a la vida.
Preservada del pecado en su Inmaculada Concepción, María es la aliada perfecta de Dios, plenamente unida a la obra redentora de Cristo, quien triunfa sobre Satanás en el misterio pascual.
El Adviento nos confirma que “Dios viene para estar con nosotros”, reconciliándonos en su amor.
Es un tiempo de penitencia gozosa, fe y compromiso, que nos prepara para la llegada de Emmanuel: Dios con nosotros.
Así, el Protoevangelio se cumple plenamente en Cristo, renovando nuestra esperanza en la salvación.