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EL BULEVAR DE LA VIDA

Autoferias, tránsito y anarquía

 El éxito de las dos ferias de ventas de vehículos que en los meses finales de cada año organizan el Banco Popular y el Banreservas no deja de aumentar. 

El pasado fin de semana tocó al turno a la Auto Feria Popular, y los resultados no pueden ser mejores. 

El evento cerró con 17 mil millones de pesos en solicitudes de préstamos para adquirir unos 9,100 vehículos nuevos.

Es cierto que de esos 17 mil millones, 850 millones serán destinados a la adquisición de vehículos híbridos y eléctricos, (lo que medioambientalmente es una buena noticia), pero no basta. Este éxito tiene sus bemoles agravados con el dato de que en la Expomóvil Banreservas del mes de octubre se otorgaron préstamos por 7,800 millones de pesos para la compra de 11 mil nuevos vehículos. O sea, que en solo dos ferias el parque vehicular aumentó en 20 mil unidades transitando o tratando de hacerlo en nuestras calles, carreteras y avenidas.

A este paso, en el tránsito, como le ocurrió al PLD, los dominicanos nos vamos a morir de éxitos. Veamos: En 2022 nuestro parque vehicular era de 5,463,996 unidades; en julio 2024 había subido a 6,036,091 para un aumento de 311, 548 nuevas unidades. Ahora, solo en dos ferias, tendremos 20 mil unidades más. A este dato fatal, hay que sumarle otro peor: en nuestro país, por clientelismo, temor y/o irresponsabilidad, los gobiernos se han negado a aplicar verdaderamente la revisión técnica vehicular (Revita) que es la que permite sacar de circulación las unidades que no cumplen los requisitos medioambientales y de seguridad víal. Entran los nuevos pero no salen los viejos, no hay autoridades para aplicar la ley... y cada calle es el infierno.

Ante el éxito de las ferias, ante el regocijo por tan buenas condiciones de préstamos, no es a Voltaire a quien debe uno llamar, sino a Abinader, (mei dei, Presidente, mei dei). Y es que la esperanza de una posible mejoría en las condiciones del tránsito, nada tiene que ver con educación (asunto de escuelas y colegios) sino con represión, con la aplicación de un régimen de consecuencias... “y si quiere que entre el mar “, con tal de no ahogarnos todos en ese martirio cotidiano que es transitar por nuestras anárquicas y arrabalizadas calles y avenidas. Como dijo aquel diputado cuyo nombre no debo recordar.. “eser demonio, hermanos, eser demonio”.