Declive de libertad de prensa en América
No hay personas ni sociedades libres sin libertad de expresión y de prensa.
El ejercicio de ésta no es una concesión de las autoridades; es un derecho inalienable del pueblo. A esta conclusión llegaron en 1994 un grupo de intelectuales y periodistas reunidos en la Cumbre Hemisférica de Chapultepec.
Hoy en día todo se mide por medio de índices. Hay índice de pobreza, índice de democracia, índice de desnutrición y cientos o miles de índices más. Los periodistas tardamos un poco en crear el nuestro, pero finalmente en 2020 la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) decidió crear el índice de Libertad de Prensa, también conocido como el Índice de Chapultepec.
Se acaba de divulgar el estudio correspondiente al año 2024, el cual muestra que, entre los 22 países evaluados, no hay ninguno que alcance la calificación para ser considerado “con libertad de expresión” (80 puntos o más en la medición), y los que más cerca estuvieron –con “baja restricción”–, son Chile (79.85), Republica Dominicana (77.25) y Canadá (75.78), mientras que, en el extremo inferior, con las peores calificaciones están Venezuela (6.52) y Nicaragua (6.51), por debajo de Cuba (16.94).
La región latinoamericana muestra una calificación global –promedio–, inferior a los 50 puntos (48.18). Es decir que, si se tratara de una prueba de colegio, universidad, o cualquier tipo de examen, la región estaría plenamente “reprobada” en una materia que es vital si se quiere vigorizar el sistema democrático y queremos tener gozo pleno de nuestros derechos.
En el ya lejano año de 1994, la SIP convocó a una Cumbre Hemisférica para tratar sobre la situación de libertad de expresión en el continente. Había pensadores, académicos y periodistas, discutiendo sobre una de las libertades contenidas en la Declaración de los Derechos Humanos (artículo 19) y el Pacto de San José (artículo 13), pero también en la mayoría de las constituciones de nuestros países.
Antes de dictar un decálogo sobre libertad de expresión de los pueblos –que contiene la libertad de prensa–, aquellos pensadores llegaron a la conclusión de que hay un binomio indisoluble entre libertad y democracia y que cuando este no funciona, “la vida individual y social se trunca, la interacción de personas y grupos queda cercenada, el progreso material se distorsiona, se detiene la posibilidad de cambio, se desvirtúa la justicia, el desarrollo humano se convierte en mera ficción”. En otras palabras, la democracia se debilita.
Por supuesto, hubo debates profundos para sacar conclusiones, pero en términos generales se puede decir que, en aquella reunión realizada en el Palacio de Chapultepec, México, brotó un mensaje que persiste hasta nuestros días: es imperativo que exista una firme y constante defensa de la libertad de expresión de los pueblos y el derecho a informar y ser informado, que tiene que ver específicamente con libertad de prensa.
Para compartir con los lectores, menciono la forma en que resultan calificados este año los 22 países del hemisferio, recordando que ninguno está en zona de “libertad de prensa” con calificación solvente. En su orden, de más a menos: Chile, República Dominicana, Canadá, Estados Unidos, Brasil, Uruguay, Jamaica y Panamá, son países que tienen baja restricción en materia de libertad de prensa. Dicho de otra manera, están bien y se califican entre 60 y 80 puntos.
Luego viene el grupo calificado “en restricción”, es decir, cuya calificación ya no alcanza el mínimo. Aquí vemos a Paraguay, Costa Rica –cae por primera vez en una zona de reprobados–, Argentina, Ecuador México y Colombia. En este grupo están quienes puntean entre 40 y 60, es decir, reprobados claramente.
En el siguiente aparecen los que tiene muy bajas calificaciones, que viven bajo “alta restricción”, y en ese grupo encontramos a Honduras, Perú, Guatemala, Bolivia y El Salvador, con calificaciones entre 20 y 40 puntos. Ya es una zona peligrosa, pues quiere decir que hay muchas limitaciones a la libertad de expresión.
Finalmente, el grupo en rojo, con las peores calificaciones lo forman los tres países que se viven bajo férreas dictaduras: Cuba, Venezuela y Nicaragua.
La SIP advierte que en los dos últimos años hay una pequeña, pero sensible caída global en el índice de libertad de expresión, lo que debe llamar a la reflexión a las sociedades de las Américas. En efecto, a menor libertad de prensa, menos respeto a los demás derechos ciudadanos e individuales.
La prensa es objeto en muchas ocasiones de críticas. A veces pueden tener –incluso– alguna justificación, pero la verdad es que la prensa independiente sigue siendo la mejor defensa para los derechos de las personas y para la democracia como sistema político. Hoy en día, muchas personas piensan que las redes sociales sustituyen con eficiencia a la prensa, pero no se dan cuenta que es la vía que se utiliza, cada vez más, para desinformar y para crear corrientes de pensamiento radicales y confrontativas.
El índice de libertad de prensa nos está diciendo algo: hay motivos de preocupación y es tiempo de ocuparnos…