VIVENCIAS
Yo, el respeto: mi historia en tus acciones
Si hablara en primera persona, diría:
Mi propósito es proteger derechos y reconocer la dignidad de cada ser humano.
Temo cuando se me manipula o distorsiona, pero soy fuente de paz, promoviendo comprensión y armonía.
Enseño que discreción y entendimiento son caminos hacia la paz interior.
Algunos niegan mi rango de virtud, pero soy esencial para una convivencia grata y sencilla.
Encuentro un aliado en la fe, que recuerda que toda persona refleja la imagen de Dios.
Mi lema es valorar por lo que somos, no por apariencias.
Represento consideración y tengo el secreto de la verdadera convivencia.
Quien me conoce, encuentra el mejor remedio contra el desaliento, la soberbia y la prepotencia.
Predico con el ejemplo: maltratar despoja de valor cualquier consejo o corrección.
Quien me abraza descubre un horizonte más elevado, entendiendo que cada persona merece la mayor muestra de respeto.
Sígueme, y descubrirás que compartir es un regalo divino, capaz de transformar corazones y construir un mundo mejor.