enfoque
El caos como herencia
¿Quiénes promovieron el surgimiento de las pandillas en Haití?
Hoy día, es un dato de escasa relevancia práctica.
El hecho real, aceptado por todos, es que existen, aunque no se sabe a ciencia cierta si son 40 como dicen unos, 70 como argumentan otros, más de 200 según algunas especulaciones.
Cuando se anunció que la comunidad internacional armaba un contingente de tropas para apoyar la formación de un gobierno provisional y restablecer el orden público, muchos creyeron que la paz, la estabilidad y cierta prosperidad resultarían, aunque, a decir verdad, nadie esperaba que fuera fácil ni rápido.
En junio se forma el gobierno provisional que venía gestándose desde hacía meses y el 25 de julio de 2024 llegó el primer contingente de 400 policías kenianos seguidos poco después por una avanzada jamaiquina de 20 soldados y 4 policías hasta formar un contingente de 200 efectivos, mientras que Belize apenas suministró dos soldados para que, al final, de todos los países comprometidos, se pueda contar con una fuerza de 2,500 ¿militares o policías? Y esta no es una diferencia retorica ni formal sino esencial pues no es lo mismo una fuerza multinacional de 2,500 soldados que el mismo número de policías. En ambos casos, se trata de una cantidad de efectivos insuficiente como no tardó la prensa local en señalar.
Otro aspecto, pasado por alto, es que las tropas extranjeras en Haití lo están al amparo de una “misión de paz” y que la tarea de exterminar a las pandillas no es parte de su agenda formal y muy probablemente tampoco lo sea de su agenda política y emocional.
De manera pues que el componente armado del plan de pacificación de Haití sufre de dos dolencias graves: no tiene suficientes tropas ni de ejercito ni de policía ni se espera ni supone un accionar aguerrido y resuelto de dichas tropas ya que esa tarea no está en la esencia de su misión ni de su mandato.
En octubre del mismo año 2024 se integró el Consejo Electoral Provisional que debía organizar elecciones para finales del año 2025 tras más de 10 años sin gobierno electo. En Noviembre, el gobierno provisional obligó a renunciar al primer ministro Garry Conille al amparo de una acusación de ser portador de doble nacionalidad que no está permitida en la Constitución haitiana. Estallaron algunos disturbios y tiroteos como resultado de esa decisión, pero la esencia del problema permanece intacta: no hay en Haití suficientes tropas, ni suficiente legitimidad, ni suficiente claridad institucional para enfrentar y derrotar a las pandillas y, por vía de consecuencias, restablecer el orden público y la seguridad ciudadana.
El futuro inmediato de Haití a partir de junio de 2024 debía descansar en el gobierno provisional respaldado por lo que quedaba de la policía haitiana reforzada con las tropas aportadas por la misión de paz ordenada por las Naciones Unidas. Ese escenario descansaba en una premisa: la sumisión de las pandillas, su aceptación de un nuevo orden, el repliegue de los civiles armados y la gradual normalización de la vida del país.
Pero en Haití, las pandillas, en lugar de someterse al gobierno provisional y las tropas extranjeras decidieron desafiar al uno y enfrentar las otras.