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EE. UU. y México: Donald Trump y los aranceles de la discordia

La relación entre Estados Unidos y México enfrenta desafíos significativos, exacerbados por cambios en políticas comerciales y migratorias en esta década. La llegada de Donald Trump a la presidencia marca un aumento en las tensiones, lo que exige una revisión de las relaciones bilaterales y el establecimiento de diálogos diplomáticos de alto nivel, dados su importancia como socios comerciales y vecindad geográfica.

Bajo la administración de Joe Biden, la cooperación ha tenido altibajos. Las tensiones persisten, la balanza comercial entre Estados Unidos y México ha sido un tema de gran relevancia en los últimos años. En 2023, el comercio bilateral alcanzó cifras relevantes, con un intercambio comercial que superó los $600 mil millones. Este crecimiento se debe en gran parte a la estrecha relación económica y geográfica entre ambos países.

Estados Unidos exporta más bienes a México que importa, lo que da como resultado una balanza comercial favorable para México. Esto se debe en gran parte a la proximidad geográfica y a los tratados comerciales como el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Exportaciones de Estados Unidos a México: $299,407 millones de dólares. Importaciones de Estados Unidos desde México: $438,986 millones de dólares. Balanza comercial: —$139,579 millones de dólares déficit.

La triangulación del comercio entre China, México y Canadá es un fenómeno económico significativo. Este comercio triangular implica que productos chinos llegan a Canadá y Estados Unidos a través de México, aprovechando los tratados comerciales y las ventajas logísticas. En términos de dimensiones, este comercio ha crecido considerablemente en los últimos años. Según datos recientes, el comercio entre China y México ha aumentado, con exportaciones chinas a México, que alcanzaron aproximadamente $90 mil millones de dólares en 2022. Además, México ha visto un incremento en sus exportaciones a Canadá y Estados Unidos, beneficiándose de la cercanía geográfica y los tratados comerciales.

La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, respondió a las amenazas de Trump con una carta proponiendo un intercambio equitativo de aranceles, advirtiendo que esto afectaría a ambas economías y perjudicaría a los consumidores. Los aranceles son una fuente de disenso, complicando el comercio y generando incertidumbre para industrias y consumidores en ambos lados de la frontera.

Los retos comunes entre México y EE. UU. incluyen no solo los aranceles, sino la inmigración, la lucha contra el narcotráfico y el cambio climático. A pesar de la crisis que abre el grabar con un 25 % de aranceles algunos productos, el manejo diplomático sigue siendo una cuestión compleja que necesita de alta diplomacia.

A lo largo de su historia, la relación diplomática ha evolucionado, aunque marcada por períodos complicados. Desde los acuerdos de 1848 hasta la modernización a través del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), se han forjado lazos que trascienden diferencias. Actualmente, temas como el cambio climático, la crisis de salud pública y la seguridad energética cobran relevancia, mientras que el flujo migratorio continúa siendo un punto de fricción. La política migratoria debe abordar cuestiones como el tratamiento de migrantes en la frontera sur, buscando soluciones integrales que respeten los derechos humanos en un contexto de creciente desplazamiento forzado por violencia y pobreza.

Ambos países comparten intereses en seguridad y economía, con una lucha conjunta contra el tráfico de drogas y el crimen organizado, que permanece en el centro de la agenda bilateral. Es vital que las estrategias se adapten a la nueva dinámica del crimen transnacional, aprovechando innovaciones tecnológicas.

El comercio entre EE. UU. y México es fundamental para la estabilidad económica de ambas naciones. El T-MEC ofrece un marco renovado para potenciar estas relaciones, cuya efectividad dependerá de la voluntad política para abordar temas laborales y estándares ambientales.

En este contexto, fortalecer las relaciones entre Estados Unidos y México es esencial para la estabilidad regional y el bienestar de sus ciudadanos. Se requiere la identificación de puntos de convergencia en comercio, seguridad y derechos humanos para construir un futuro más integrado y cooperativo entre ambas naciones, reconociendo sus oportunidades mutuas y el legado de su historia compartida.

"El futuro de las relaciones entre Estados Unidos y México depende no solo de la gestión de los conflictos actuales, sino también de la capacidad de ambos países para adoptar una visión compartida que priorice la cooperación sobre la confrontación, fomentando la integración y el desarrollo sostenible en la región." 

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