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Palabra mágica y el Doctor Merengue

A raíz de la propuesta del Listín Diario de que se lleve a cabo un encuentro cordial y patriótico que una al liderazgo nacional con el fin de enfrentar los desafíos y garantizar el desarrollo y bienestar social de la nación, fue inmediatamente apoyada por diversos sectores de la sociedad dominicana incluyendo dirigentes de partidos políticos.

La Concordia, como se le está llamando a esa propuesta, es mágica, y oportuna en un momento en que el país vive grandes cambios y avanza como una flecha hacia un futuro más promisorio, aunque muchos piensen lo contrario.

Sin embargo, hay que advertir que algunos líderes políticos pueden estar hablando y promoviendo esa iniciativa, pero al estilo del Doctor Merengue.

El Doctor Merengue es una tira cómica excepcional creada por el argentino Guillermo Divito y se publicó por primera vez en el diario Clarín en 1935. Es un personaje encumbrado que en ciertos momentos las normas le imponen callar lo que realmente piensa. Entonces su otro yo, aparece como un fantasma diciendo lo que realmente cree.

El prestigioso diario tomó como referencia el apretón de mano del presidente Joe Biden con el presidente electo Donald Trump, cuando este último visitó la Casa Blanca para hablar de la transición. Pero el Doctor Merengue estaba presente en ese encuentro. El otro yo de Biden dijo “este hijo de puta se salió con la suya” y en el de Trump “a este viejo decrépito lo voy a joder”. Es el mundo real.

Ahora, imagínese a ciertos políticos dominicanos que tienen el negativismo en la sangre y solo saben maldecir y criticar, apoyando una agenda para propiciar la concordia. ¿Qué dirá el otro yo de esos políticos? “tengo que apoyar esta mierda para seguir en el medio”.

Las buenas intenciones no bastan porque deben venir acompañadas de sinceridad, honestidad, humildad y valor, y para algunos políticos eso es cambiar de naturaleza.

De cualquier forma, un encuentro cordial y patriótico del liderazgo nacional se vería refrescante y tranquilizante, aunque el Doctor Merengue esté presente.

No podemos seguir cuestionándolo todo, maldiciendo a los oponentes o desvirtuar la realidad para confundir a la población. El gobierno no es infalible y necesita oír otras opiniones y la oposición no puede seguir con ese negativismo pernicioso.

Los resultados de las pasadas elecciones demostraron que los ataques virulentos, la desinformación y las acusaciones infundadas, sin ninguna propuesta concreta que tuviera valor, no dan resultados. Todo lo contrario. 

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