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ENFOQUE

Oportunidades de desarrollo en Trump 2.0

El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca en 2024 trae consigo una serie de cambios en el panorama del comercio internacional. Con su conocido enfoque en proteger la industria estadounidense, Trump busca reforzar políticas de sustitución de importaciones y endurecer las restricciones a las importaciones desde China. Pero lejos de ser un problema, este contexto podría ser una oportunidad histórica para República Dominicana. ¿Por qué? Porque el fenómeno del nearshoring, o la relocalización de empresas hacia países cercanos y aliados de Estados Unidos, podría encontrar en nuestra nación su próximo gran destino.

¿Qué es el nearshoring y por qué México fue el gran ganador?

Durante el primer mandato de Trump, su famosa “guerra comercial” con China impuso altos aranceles y restricciones a los productos provenientes del gigante asiático. Muchas empresas estadounidenses, para evitar estos costos, decidieron trasladar sus operaciones a países más cercanos. ¿El resultado? México se llevó el gran premio.

Gracias a su proximidad geográfica, su experiencia en manufactura y su participación en acuerdos comerciales como el T-MEC (anteriormente NAFTA), México se convirtió en el destino predilecto para las empresas que buscaban salir de China, pues las empresas exportadoras al mercado norteamericano se dieron cuenta que cambiar la etiqueta de “Hecho en China” por “Hecho en México” les garantizaba menores impuestos y les facilitaba los procesos de entrada al mercado norteamericano.

Como resultado, las inversiones extranjeras directas relacionadas con manufactura en México aumentaron un 20% entre 2019 y 2023, y sus exportaciones a Estados Unidos crecieron de 345 mil millones de dólares en 2018 a 475 mil millones en 2023. De hecho, México llegó a superar a China como el principal socio comercial de Estados Unidos.

Trump 2.0: Un nuevo

capítulo para el

nearshoring

Con su regreso a la presidencia, Trump ha anunciado un posible arancel del 60% a las importaciones chinas. Aunque esta nueva etapa de la guerra comercial busca incrementar la producción industrial en los Estados Unidos para hacer a “América Great Again”, lo cierto es que muchas industrias de manufactura ya no son competitivas en suelo norteamericano, por lo que buscarán países cercanos donde establecer sus operaciones. Y así esperamos una segunda ola de “nearshoring” ahora en la etapa Trump 2.0.

Sin embargo, en esta segunda etapa, México podría no ser el principal beneficiado. ¿Por qué? Principalmente por factores internos. Las reformas impulsadas por el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador (AMLO) han generado incertidumbre entre los inversionistas. Una de las propuestas más controversiales es permitir que los jueces sean elegidos por voto popular. Aunque esta iniciativa se presenta como un esfuerzo para democratizar la justicia, ha despertado preocupaciones sobre la independencia judicial y la seguridad jurídica en México.

Además, los costos laborales en México han subido considerablemente, lo que lo hace menos competitivo para ciertas industrias. Como resultado, muchas empresas están volteando a ver nuevas opciones en América Latina, y aquí es donde República Dominicana tiene una oportunidad única.

República Dominicana vs. Costa Rica: ¿Quién

liderará?

En esta nueva fase del nearshoring, los dos principales contendientes en la región son República Dominicana y Costa Rica. Ambos países tienen características que los hacen atractivos para las empresas que buscan acercarse al mercado estadounidense.

• Costa Rica: Este país es conocido por su capacidad de atraer empresas de clase mundial como Intel, pues a lo largo de los años ha ganado una excelente reputación en lo relacionado a la calidad de la mano de obra calificada y la amplia red de suplidores. Además, Costa Rica tiene un generoso esquema de incentivos fiscales tanto para empresas de Zonas Francas como para los suplidores de dicho regimen.

• República Dominicana: Nuestro país cuenta con una ubicación estratégica en el Caribe y una buena red de infraestructura, lo que facilita el acceso a los mercados de América del Norte y Europa. Además, tenemos experiencia comprobada en manufactura para exportación y nuestra mano de obra reconocida mundialmente por su adaptabilidad y disposición al trabajo. Sin embargo, enfrentamos desafíos importantes, como la saturación de los parques industriales y los desafíos del sistema educativo, lo que podría limitar la capacidad de atraer grandes proyectos si no se toman medidas urgentes.

Conclusión: El futuro

está en nuestras manos

El regreso de Trump y sus políticas comerciales representan una oportunidad histórica para República Dominicana. Con México enfrentando sus propios desafíos internos, nuestro país está en una posición privilegiada para convertirse en un jugador clave en esta nueva etapa del nearshoring. Sin embargo, aprovechar esta oportunidad requerirá un esfuerzo coordinado y estratégico para posicionarnos como el destino favorito para estas inversiones.

Las empresas están buscando nuevos destinos, y este es nuestro momento de demostrar que podemos ser su mejor opción. El futuro luce prometedor, pero depende de nosotros aprovechar este momento único.

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