Enfoques
Reflexiones en el Día Mundial de la Diabetes
El Día Mundial de la Diabetes se celebra el 14 de noviembre de cada año. Esta fecha fue establecida en 1991 por la Federación Internacional de Diabetes (IDF) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) para abordar la creciente preocupación acerca de la diabetes y sus serias consecuencias para la salud. La elección del 14 de noviembre coincide con el aniversario del nacimiento de Frederick Banting, uno de los descubridores de la insulina, resaltando la importancia de esta hormona en el tratamiento de la enfermedad.
La diabetes se caracteriza por un aumento de los niveles de glucosa en la sangre (hiperglucemia), que puede ser provocada por un déficit de insulina, ya sea por la destrucción de las células beta del páncreas o por resistencia a la insulina, a pesar de que se produzca.
El diagnóstico de diabetes se puede realizar mediante análisis de glucosa en ayuno, donde se considera un valor igual o mayor a 126 mg/dl. También se toman en cuenta mediciones al azar con niveles superiores a 200 mg/dl, acompañados de síntomas como poliuria, polidipsia y pérdida de peso. Además, se diagnostica si la glucosa es igual o mayor a 200 mg/dl dos horas después de una carga de glucosa.
La diabetes mellitus es un trastorno metabólico que afecta a diversos órganos y sistemas, causando daños en los vasos sanguíneos y llevando a complicaciones graves como ceguera, insuficiencia renal, amputaciones y enfermedades cardiovasculares. Se clasifica principalmente en diabetes tipo 1 (infanto-juvenil), tipo 2 (diabetes del adulto) y diabetes gestacional (DMG).
La prevalencia de la diabetes está en aumento globalmente, representando una grave amenaza para la salud pública. Se estima que afecta a aproximadamente 422 millones de personas en todo el mundo, lo que equivale al 9.3% de la población global, con un alto porcentaje en países en desarrollo. Este fenómeno trae consigo un impacto social y económico significativo, generando una carga que incluye incapacidades y mortalidad.
La obesidad, considerada una epidemia global, se relaciona estrechamente con la diabetes. Actualmente, aproximadamente 1.300 millones de personas presentan sobrepeso y 1.000 millones sufren de obesidad, un problema que también afecta a naciones en desarrollo.
A pesar de los avances en el control de la diabetes, el desconocimiento y la falta de educación sobre la enfermedad dificultan el diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado, lo que contribuye a la aparición de complicaciones. Entre el 85% y el 90% de las personas con diabetes tipo 2 tienen sobrepeso u obesidad, mientras que quienes padecen diabetes tipo 1 son más propensos a trastornos alimentarios.
La diabetes es un factor de riesgo para enfermedades cardiovasculares, con un 38% de probabilidades de que las personas con diabetes desarrollen patologías coronarias. Las enfermedades cardiovasculares son la consecuencia más devastadora de la diabetes, siendo subestimadas en su impacto.
El manejo de la diabetes debe centrarse en el control glucémico, así como en la regulación de la presión arterial y el perfil lipídico (colesterol y triglicéridos). También es relevante la neuropatía diabética, que puede provocar dolor significativo, y la nefropatía diabética, común entre los diabéticos, representando la segunda causa de mortalidad asociada a esta enfermedad.
El tratamiento varía según el tipo de diabetes y debe adaptarse a las necesidades del paciente, considerando cambios en el estilo de vida, modificaciones nutricionales y condiciones de salud individuales. Hoy en día, se disponen de diversos tratamientos que mejoran el control metabólico y la calidad de vida, así como retrasan complicaciones crónicas.
A pesar de estos avances, los desafíos globales persisten, incluyendo el aumento de la diabetes, la necesidad de mejorar la calidad de vida de los pacientes y la elevación de los costos sanitarios relacionados. Es imperativo que se implementen políticas públicas para fomentar estrategias preventivas y terapéuticas, garantizando también el acceso a medicamentos para las poblaciones más vulnerables.