Tribuna del Atlántico

Más allá del puño de Trump

Uno de los hitos de la publicidad, lo constituyó la campaña del cigarrillo Marlboro, con las imágenes de vaqueros, el hombre Marlboro, se convirtió en un símbolo de masculinidad, un estilo de vida, llevando a la marca a sus años dorados.

Maestros del mercadeo como Al Ríes y Jack Trout analizarían el fenómeno destacando que la marca captó un nicho en la mente de los consumidores, diferenciándose de los cigarrillos de la época.

Cuando a minutos del intento de asesinato en su contra, Donald Trump emergió en la tarima, con el puño levantado, la oreja ensangrentada, en la icónica instantánea en la que se ve la bandera de los Estados Unidos en el fondo, se labró, a decir de Laura Ríes, un poderoso; “martillo visual”, en la mente de los electores de ese país.

Pero explicar el triunfo de Donald Trump sólo por esa imagen, sería insuficiente, hay, mil y un factores para entender el porqué un hombre de estilo atropellante, un líder agresivo y condenado por varios delitos, se convierte nuevamente en presidente de Estados Unidos.

Con la elección de Kamala Harris para sustituir a Joe Biden, los demócratas lograron insuflar nuevos bríos al tambaleante desempeño del presidente actual, por momentos parecía haber superado a Trump, pero no.

En The Guardian, el columnista, Moustafa Bayoumi, afirma: “Los republicanos hicieron campaña como un partido de odio; los demócratas como un partido que no defendía casi nada. Entre el odio y la nada, triunfó el odio”.

Sin duda uno de los elementos que contribuyeron al resultado electoral, así como el retraso de Biden en salir de la contienda, el no comunicar adecuadamente los logros económicos de su gestión, las preocupaciones recientes con la economía, etc, etc.

Trump uso una línea dura contra los inmigrantes. El mundo vive un momento de creciente preocupación por la inmigración, que luce, o sentimos, desbordada en muchos lugares, Trump aprovechó ese flanco como lo han hechos todos los extremistas de derecha, en Hungría, en Italia, con menor fortuna, en Francia y otras naciones.

Así vemos como hispanos, eventuales víctimas de ese látigo, sino ellos mismos, sus connacionales, votaron a su favor.

Que nadie olvide que, aquí en RD, el presidente Abinader se apropió temprano de ese tema para despojar a Abel de esa antorcha, que había levantado desde ma alcaldía de Santiago, ante el caos que impera en Haití y la creciente preocupación de la mayoría de los dominicanos.

Trump sale indemne de 34 procesos criminales, incluso con condena, algo que nadie más hubiera podido superar, tal vez porque el estándar no es el mismo para los ricos y famosos que para la gente común.

Y el que, para mí, es uno de los factores más decisivos de victoria, el que los cristianos lo vieron como el defensor de sus valores, ante un mundo en el que la fe, cada vez parece valer menos, en el que los valores familiares están en entredicho, un líder fuerte parece ser la solución.ahí la explicación de su triunfo entre comunidades negras, que obviaron su racismo, ante el peso de sus valores religiosos.

Personalmente no creo que Trump comparta los valores religiosos en los que se afinca el Partido Republicano, pero la gente le creyó.

No menos importante es el hecho de que las dos veces Trump ha triunfado frente a mujeres, una blanca y una de color, ambas afincadas en los valores demócratas, lo que parece sugerir que Estados Unidos, un país que lidera la lucha por la igualdad en muchos campos, sigue siendo la tierra machista del hombre Marlboro.

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