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SIN PAÑOS TIBIOS

La Vega no merecía eso

Si la crisis política de La Vega fuera una película, el guion lo habría escrito Cantinflas con colaboración de Tres Patines; si fuera un libro se encuadraría en el realismo mágico y García Márquez sería una chambra al lado de sus creadores; si fuera una obra de teatro estuviera a medio camino entre la comedia y la farsa… aunque para el pueblo de La Vega sería una tragedia.

El PRM local generó por sí mismo un problema (¡donde no existía!) que supera la capacidad de compresión. Lo de La Vega es digno de un estudio profundo, pues si una muestra vale para un todo, toca al gobierno revisar quiénes están “estrategando” y determinar bajo cuáles criterios –o estados de conciencia– ejercitan ese rol.

No hay lógica que explique cómo un partido exitoso ha decidido transitar un terreno lleno de baches jurídicos y obstáculos procesales. Un ejercicio de lectura comprensiva mínimo habría arrojado que la única solución jurídica, moral y ética es la celebración de nuevas elecciones, sin embargo, el camino escogido ha sido complicarlo todo.

La designación de Kelvin Cruz como ministro de deportes y su renuncia a alcalde de La Vega (agosto 19) no habría desembocado en crisis, de no haber renunciado la vice alcaldesa, Amparo Custodio (agosto 21); generándose un vacío de poder llenado transitoriamente con la designación de Joel Martínez como alcalde interino (agosto 22); situación puesta a conocimiento del Poder Ejecutivo (agosto 27) a los fines de que bajo el artículo 128 de la Constitución (¿?) designara un nuevo alcalde.

A partir de ahí la discusión pasó del plano local al nacional; de lo procesal a lo constitucional; de si el presidente puede nombrar a dedo un puesto de elección popular; de si proceden o no nuevas elecciones; de intentar en plena Asamblea Revisora colar un transitorio que permitiera salvar el escollo; del “Párrafo” añadido al 274 para buscarle una salida constitucional a un problema municipal de factura propia, que no es más que un reflejo de la lucha interna de poder, de cara a 2028.

El último acto de la comedia (¿farsa?, ¿tragedia?) ha sido la sesión del Consejo de Regidores (Noviembre 05) donde desconocieron la renuncia de Custodio que conocieron y validaron ellos mismos (agosto 22), y aceptar la “desrenuncia” de esta; quien está dispuesta a “asumir con toda la responsabilidad” la alcaldía (“N10 Investiga”, 9-11-2024). Una especie de “posición anterior”; un viaje al pasado versión dominicana que resultaría cómico y divertido si de por medio no estuviera la legalidad.

De concretarse la burla, los tribunales determinarán si la “desrenuncia” será el gran aporte del PRM a la doctrina jurídica occidental.

Mientras, el país observa con indignación cómo la voluntad popular de los veganos ha sido innecesariamente pisoteada, y vale preguntar si la lucidez y la prudencia se fueron de vacaciones o si el sentido institucional y democrático saltó de cabeza al río Camú.

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