¿Una nueva constitución?
Desde hace más de un año veníamos proponiendo una serie de cambios a la constitución y algunas leyes, con el objeto de lograr tener una sociedad más justa, verdaderamente democrática y de derechos.
El domingo 27 de octubre del 2024, se produjo en el Congreso Nacional la proclamación de la nueva Constitución de la República. Sin embargo nosotros, no nos sentimos conformes con lo aprobado, porque hay temas muy serios que entendemos debieron establecerse en esa modificación.
Por eso preguntamos ¿una nueva Constitución?. Y es que sentimos tan ligeros los cambios que se han introducido, que se siente un fuerte sabor a más de lo mismo.
Les voy a citar algunos ejemplos. La unificación de las elecciones. Sabemos que las elecciones se estaban celebrando en dos días diferentes.
En febrero se producían las elecciones municipales, los gobiernos municipales, donde se elegían a los alcaldes y a los regidores de todos los municipios del país. Y más adelante, en el mes de mayo, se producían las elecciones presidenciales y congresuales para elegir al Presidente de la República, a los diputados y a los senadores.
Evidentemente, por razones de costo, tiempo no productivo y riesgos innecesarios, la unificación de las elecciones es una decisión inteligente. Eso no significa que en el caso de la Presidencia de la República no se pudiera producir una segunda vuelta electoral porque esa parte no fue modificada.
Sin embargo, desde el punto de vista de las elecciones, hay cuatro aspectos que nosotros queremos subrayar, y que debería establecerse al menos en la ley electoral: y es la prohibición del voto automatizado, el financiamiento de los partidos y las campañas políticas, la sustitución de plazas electas por renuncias o imposibilidad de asumir el cargo, y el establecimiento de un método que asegure el equilibrio político en el congreso nacional.
En el sentido electoral, aunque las elecciones se celebren el mismo dia, las mismas deben realizarse con el conteo manual y olvidar por completo el sistema automatizado fracasado usado en febrero del 2020, es el mismo sistema utilizado el 28 de julio en Venezuela.
No es posible que en unas elecciones donde participan varios candidatos no haya un primero, segundo y tercer lugar, y se tenga que pasar por la burla de no poder sustituir a un candidato electo, por causa de su muerte, renuncia o imposibilidad de asumir el cargo.
El ejercicio democrático ejercido por una persona se da, cuando esa persona ejerce su derecho al voto, y ese voto es considerado y no se pierde. Ciertamente un acta es importante, pero los votos son más importantes y no se pueden perder ni sustituir. Y en caso de reconteo, son más importantes los votos que las actas. Pues en las actas se concretizan los fraudes y las componendas entre delegados, en el voto difícilmente se vea eso.
Por eso decimos con propiedad que acta no mate voto y que el voto sea manual, que las urnas no se pierdan, ni se pierdan los votos para que se pueda realizar un reconteo si es necesario del proceso electoral del año 2028, es lo que estamos planteando desde ahora.
El otro punto que nosotros creemos debió incluirse en esta modificación a la constitución tiene que ver con la reelección. Particularmente creemos que el tema de la reelección ha hecho demasiado daño en el país. No solamente es un daño que se le ha hecho al país con la reelección a nivel presidencial, sino en todos los niveles.
Por eso creemos que la constitución de la república, debió incluir una modificación más amplia, indicando que ya no se tendría jamás una reelección ni presidencial, ni de senadores, ni de diputados, ni de alcaldes, ni de regidores. Así todos los niveles tendrían la oportunidad de actuar por un solo periodo y nunca jamás, Zape Gato Baisino.
Pero en adición a esto, estamos planteando algunos aspectos que creemos hubiesen fortalecido el sistema democrático de la República Dominicana, y lo haría cada vez más participativo y más representativo.
Planteamos con tiempo y lo ratificamos ahora, la ampliación del periodo presidencial de 4 a 5 años, pero con la condición de que se lograra una ratificación o sustitución a medio término en un referéndum.
La ratificación o la sustitución sería la norma, y esa decisión la tomaría el pueblo dominicano, haciendo los ajustes del lugar y los cambios que considerara pertinentes. Con esa idea del referéndum, estaríamos estableciendo en la constitución, un ejercicio de medio término, donde el pueblo dominicano tomaría decisiones importantes:
• La aprobación de contratos, que sea el pueblo entonces que autorice cualquier contrato que pueda pasar o exceder el periodo de 4 años.
• La ratificación o eliminación de todos los acuerdos y convenciones donde pudiera estar cediendo o perdiendo soberanía la nación dominicana.
• La aprobación de nuevos préstamos por el tema del endeudamiento.
• La derogación de leyes que son anti nación como es la ley de estrategia nacional de desarrollo, que ya tenemos dos años indicando que debe derogarse.
• La aprobación anticipada de la agenda legislativa. Utilizar cuando sea necesario, la llave famosa del candado. El dueño de la llave y del candado es el pueblo dominicano.
• Por lo tanto, quien debería modificar y participar en la modificación constitucional próxima que pudiera ocurrir, es y debería ser el mismo pueblo dominicano.
• Finalmente, el referéndum de emergencia. En ese referéndum de emergencia, se pudiera producir la sustitución de cualquier funcionario que estuviese actuando anti-ciudadanía.
• Así como también la ratificación de las emergencias nacionales o estados de excepción para evitar intentos de satrapía, y algo fundamental, los cambios a leyes y códigos que deterioren la calidad de vida de la familia dominicana.
Creemos que el pueblo dominicano que ha confiado en los políticos, que ha confiado en la falaz partidocracia que le ha gobernado por décadas, debería tener la oportunidad de recoger todo ese poder delegado hacia los partidos políticos, para poder ordenar nuevamente la casa, poner las cosas en su lugar.
Con este ejercicio el pueblo dominicano podría hacer que tanto las leyes como cualquiera de las normas o convenios, sean exclusivamente para hacer más próspero al país, y para mejorar de una manera sensitiva la calidad de vida de todos los dominicanos.
Esa es la constitución y las leyes que esperamos, y por ellas vale la pena mantener la bandera en alto, sin lograrle, nuestra democracia seguirá siendo una falacia y mucho más de lo mismo.