UN MOMENTO

Ser medicina

San Rafael Arcángel seguirá siendo invocado como la medicina de Dios y el compañero de camino de todos los que viajan. Hoy encomendamos a su intercesión a los enfermos, aquellos que sufren en cuerpo y espíritu, y a todos los viajeros, para que encuentren seguridad y protección en sus trayectos.

Se nos invita nuevamente a ser como Rafael, la medicina de Dios. Esto significa ser un reflejo del cuidado divino en nuestras acciones diarias. Nuestra conducta, nuestro cariño y nuestras acciones pueden ser un bálsamo para quienes nos rodean, pero también debemos ser conscientes de que nuestras malas acciones pueden herir a otros.

Que San Rafael Arcángel siga ayudándonos a mantenernos sanos, tanto en cuerpo como en alma. Y que nosotros, a su vez, podamos ser una fuente de sanación y consuelo para otros, convirtiéndonos en verdaderos instrumentos de la medicina de Dios en el camino de la vida. Hasta mañana, si Dios, usted y yo lo queremos.